Un accidente de tránsito casi le cuesta la vida a Javier Sánchez, hace dos años. Él iba a recoger a su esposa al trabajo, una tarde de mayo del 2016, cuando en las calles 9 de Octubre y avenida del Ejército un carro embistió contra su moto, haciéndolo volar casi cinco metros.

Dice que es lo último que recuerda de aquel suceso. Despertó tras 27 días de permanecer en estado de coma.

Debido a la gravedad de las heridas por el accidente, en una de las cirugías que le practicaron los médicos optaron por recortar la parte frontal de su cráneo, pues podía infectarse y provocarle la muerte.

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El aspecto de su rostro cambió, pues evidenciaba una deformación en la frente.

Se miraba al espejo y entristecía por su apariencia. “Cuando no tenía mi parte del cráneo me sentía muy mal, cuando estornudaba yo sentía que se me venía todo el cerebro hacia adelante”, expresó el hombre de 31 años.

Sánchez es uno de los beneficiados por cirugías de implementación de prótesis en zonas craneales que desde hace ocho meses realizan especialistas del hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo.

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A él le implantaron una prótesis de polimetilmetacrilato en la parte frontal de su cráneo, en una intervención quirúrgica que duró dos horas y que fue realizada hace seis meses.

Henin Mora, coordinador del posgrado de Neurocirugía de la Universidad de Guayaquil y el centro hospitalario antes mencionado, manifestó que la craneoplastia 3D es un proyecto científico que permite el implante de una prótesis a la medida del paciente, elaborada con un software.

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A cada beneficiario se le realiza una tomografía craneal.

“Con esas muestras se elabora un molde en 3D, con un software libre, que luego va a una impresora que va a elaborar la prótesis a la medida del defecto, para que calce de forma exacta, generando de esta forma su bienestar y cerrando ese defecto óseo”, explicó el galeno.

El manejo y diseño del software está a cargo de profesionales y estudiantes de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), bajo la tutela de Francis Loaiza, catedrático de esa institución, quien es ingeniero mecánico y tiene un doctorado en neurología.

“El convenio es básicamente la impresión de implantes craneofaciales en 3D. Seguimos elaborando más implantes, más prótesis para los pacientes que necesitan”, dijo Mora.

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Agregó que ya son diez personas las que se han beneficiado con esta técnica, que permite abaratar costos, pues las prótesis eran importadas desde Estados Unidos a un precio de cerca de cinco mil dólares.

Me siento mejor. A veces me pongo a conversar de eso con mi familia (reconstrucción craneal). Siento que volví a nacer, le doy gracias al Señor y gracias al doctor que me operó.Javier Sánchez, paciente

(I)