Su mirada fija, el pelo ondulado y los rasgos serios dan cuenta de su intensa entrega y disciplina en la búsqueda de una cura y la erradicación definitiva de la fiebre amarilla en el mundo.

Así se observa el busto en memoria del médico japonés Hideyo Noguchi, que será develado este viernes dentro de una muestra pictórica en conmemoración del primer centenario de relaciones diplomáticas entre Ecuador y Japón, en el museo municipal.

La escultura demandó la elaboración de seis prototipos hasta la elección de la figura definitiva. Antes, su creador recopiló fotos de Noguchi y leyó relatos bibliográficos. Así, fue tomando forma la obra de Tony Balseca.

Publicidad

En 1918, el doctor japonés llegó a Guayaquil por gestión del Instituto Rockefeller para combatir y librar a la ciudad de la fiebre amarilla.

En ello y mucho más profundizó, Balseca, de 42 años, quien muestra orgullo con su obra esperando que la sociedad tome conciencia de estos personajes, que sin ser políticos, buscan generar cambios.

“Me da mucho placer y emoción el personaje porque ya es como si lo conociera. Toda la historia que tuvo, dolorosa, llegar a esa fuerza de no cansarte, investigar, ir adonde sea, y su trabajo en solitario tratando de salvar al mundo, eso busqué que se refleje en el rostro”, dice Tony quien tiene estudios en Psicología en la U. Católica.

Publicidad

Dentro del proceso creativo, Balseca cuenta que una vez definido el prototipo en plasticera que satisfizo también a la Embajada japonesa (mentora del tributo) luego vienen varios moldes en yeso, caucho, y, finalmente, su fundición en bronce, que se hace en Perú.

Este escultor que empezó en el arte de manera empírica y autodidacta ha tomado cursos de escultura en Bellas Artes y ahora cursa Artes Visuales con mención en Escultura en la Universidad de las Artes. De niño su amor por la escultura nació recreando dinosaurios que veía y le fascinaban al observar documentales.

Publicidad

El guayaquileño de padres de origen riobambeño y cuencano, explica que su fuerte se basa en el retrato de los personajes. Ha trabajado para entidades públicas, fundaciones y familias adineradas.

Ahora, Balseca aspira guiar y motivar a la reflexión de la sociedad a través de su arte, que se cuestionen sobre las políticas actuales, cómo mejorar a la sociedad y evitar la “infantilización” de ellos.

Su Noguchi de bronce estará expuesta en el Malecón Simón Bolívar y otra réplica quedará en el museo. (I)

Que la gente empiece a generar discursos, los medios deben aportar a que se difunda más la cultura porque si existe cultura, así nos sentiríamos orgullosos de nuestros artistas.Tony Balseca, escultor