La realeza de Mónaco celebró el viernes y ayer la fiesta de santa Devota, patrona de este país europeo y de las islas mediterráneas de Córcega, cuya fiesta se conmemora cada 26 y 27 de enero en esta nación.

El príncipe Alberto II; su esposa, la princesa Charlene; y sus mellizos, Jaime y Gabriela, de 3 años de edad, participaron de la procesión que se realizó el viernes en la noche.

Ayer, los monarcas asistieron a la eucaristía masiva que se realizó en Montecarlo y luego saludaron a los ciudadanos desde el balcón de la residencia oficial de la monarquía, conocida como el Palacio Grimaldi.

Publicidad

En Mónaco, la creencia en santa Devota es muy importante, llegando a considerarse una fiesta nacional su día oficial.

Según la leyenda tradicional contada en este país, la santa murió por torturas recibidas por no renegar de su creencia cristiana, alrededor del siglo III por orden de Diocleciano.

Para evitar la incineración de su cuerpo por parte de los romanos, un grupo de cristianos robó sus restos y los puso en una barca con destino a África, donde pensaban que alguien les daría sepultura; no obstante, a poco de haber empezado el trayecto, una tormenta cambió los planes. Cuando todo parecía perdido, se dice que del cuerpo de Devota salió una paloma blanca que guio la embarcación hasta el puerto de Mónaco. Quienes encontraron el cuerpo lo sepultaron y luego vieron milagros. (D)