Pinceles, brochas, sopletes, pinturas, yeso, cerámica y barbotina resaltan entre los materiales que usan quienes, en las calles, restauran y pintan figuras religiosas y navideñas, como Niños Jesús y pesebres.

Narcisa Medina Fuentes, de 50 años, es una de ellas. A su puesto temporal de trabajo, en la esquina de las calles Manabí y 6 de Marzo (frente al Mercado de las Cuatro Manzanas), llegan figuras religiosas sin brazos, sin manos, sin cabezas, carcomidas y despintadas. Ella y un sobrino –que la ayuda– les devuelven la vida y las dejan como nuevas, dice.

El oficio lo aprendió de su padre en sus primeros años de vida. A los 10 años comenzó a pintar con su progenitor, recuerda. Lo mismo hicieron otros parientes, quienes también se dedican a reparar y pintar las figuras, en diferentes puntos de la ciudad.

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Su técnica la perfeccionó en Lima, Perú, donde aprendió a darle más realce y color en fábricas que producen por centenares figuras y objetos religiosos, como los pesebres o nacimientos, que después llegan a Ecuador, indica.

“A los 15 años me fui con unos peruanos a Lima (Perú), a importadoras y fábricas grandes, para ver cómo era la técnica. Allá uno tiene que ser dedicado, son exigentes (...). Hay gente que no sabe hacer ojos, boca, piensan que es soplar y hacer botellas y no es así. Esto es una técnica”, dice Narcisa.

Ella, además de restaurar, hace figuras religiosas, pesebres y adornos en materiales como yeso, cerámica, madera, fibra de vidrio, barbotina.

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Como su vida transcurre entre Perú y Ecuador (acá está de noviembre a enero), cada año trae alguna innovación para incorporar a su trabajo, refiere.

Al día recibe mínimo cinco trabajos para arreglar. Los costos oscilan entre $ 2 y $ 12 (la pintura de todas las piezas de un pesebre), dependiendo el tipo de arreglo que se necesite.

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Cuando hay mucha demanda no tienen tiempo ni para comer, expone. Las figuras se arreglan, pintan y entregan el mismo día. Con su técnica, en una hora puede reparar y pintar un trabajo completo, afirma. Atiende de 08:00 a 19:00.

A dos cuadras, en Manuel Villavicencio y Huancavilca, están los hermanos Mariuxi y Jonás Medina, quienes también restauran y pintan figuras religiosas y pesebres. Hay días en que tienen entre 15 y 20 trabajos por arreglar, cuyos costos oscilan entre $ 2 y $ 8, dependiendo del daño. Ellos van también a domicilio.

Esto es una técnica. Hay que concentrarse mucho en los trabajos, en las pinturas y en cómo son las cejas, los ojos, la boca para hacerlo bien”.Narcisa Medina Fuentes, 50 años, restauradora

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