“Merecen comodidad, dignidad y seguridad en el surtidor”: presentan proyecto de ley para el suministro de gasolina con manos libres en Nueva York

Las bajas temperaturas en invierno convierten acciones cotidianas en un dolor de cabeza y llenar gasolina no es la excepción. En Nueva York, un nuevo proyecto de ley busca legalizar el uso de clips que mantienen el surtidor abierto.

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De aprobarse, permitiría a los conductores abastecerse de combustible sin necesidad de sostener el gatillo manualmente. La medida, impulsada por legisladores estatales, podría transformar la experiencia en las estaciones de servicio.

¿Cómo sería la nueva medida?

La iniciativa viene de la mano del asambleísta Angelo Santabarbara, quien lo ve como algo de puro sentido común. Según él, esto haría la vida más fácil a los conductores, sobre todo cuando el clima se pone complicado, reseña el medio News10.

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La propuesta busca que se permita el uso de boquillas con un mecanismo de fijación. Santabarbara lo resume como un acto de “comodidad, dignidad y seguridad”, sobre todo para personas mayores, con discapacidades, o simplemente para aquellos que no quieren sufrir las inclemencias del tiempo mientras echan gasolina.

El legislador cree que ya es hora de que Nueva York se ponga al día, porque en muchos otros estados esto ya es lo normal.

“Los neoyorquinos merecen comodidad, dignidad y seguridad en el surtidor”, afirmó Santabarbara. “Para las personas mayores, las personas con discapacidad y cualquiera que llene el tanque en pleno invierno, esta es una pequeña pero significativa solución a una norma obsoleta. Es hora de que Nueva York se ponga al día”, añadió.

El senador Joseph Griffo también apoya la idea. Presentó un proyecto similar en el Senado. Dice que las duras condiciones climáticas del año pasado en el centro del estado y el Valle Mohawk fueron el empujón definitivo. Para Griffo, además de protegerse del clima, la normativa reduce la exposición innecesaria al frío y simplifica un poco las regulaciones.

Los dos legisladores tienen esperanzas de que la propuesta guste a los defensores de los consumidores y a las organizaciones que trabajan por la accesibilidad. Si todo sale bien, esta nueva ley podría ser un pequeño cambio que realmente mejore la vida diaria de muchos neoyorquinos.

(I)

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