El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) se comprometió a reformar los procedimientos nacionales de trasplantes de órganos luego de una investigación hecha por la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA), que encontró prácticas alarmantes entre las que destaca la obtención de órganos de donantes vivos.
Una práctica horrorosa
El secretario del HHS, Roberth D. Kennedy Jr. declaró en un comunicado: “Nuestros hallazgos demuestran que los hospitales permitieron que el proceso de obtención de órganos comenzara cuando los pacientes mostraban signos de vida, y esto es horroroso”.
Asimismo, destacó que “las organizaciones de obtención de órganos que coordinan el acceso a los trasplantes rendirán cuentas. Todo el sistema debe ser reformado para garantizar que la vida de cada posible donante reciba el trato que merece”.
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Un caso que no debe pasar por alto
La HRSA ordenó al sistema nacional de trasplantes, la Red de Obtención y Trasplante de Órganos (ORPR), que vuelva a revisar el caso de un paciente de una organización de obtención de órganos financiada con fondos federales que ofrece sus servicios en Kentucky y partes de Ohio y Virginia Occidental, reseña Newsweek.
En marzo salió a la luz un informe en el que se reveló que la HRSA revisó 351 casos en los que se autorizó la donación de órganos; sin embargo, no se completó.
De ellos, 103 mostraban detalles preocupantes, incluyendo 73 pacientes con “signos neurológicos incompatibles” para la donación de órganos, explicó el HHS.
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De esos, unos 28 pacientes pudieron no haber fallecido cuando empezaron las gestiones para la obtención de órganos, lo que genera grandes dudas éticas y legales.
“La evidencia apuntaba a evaluaciones neurológicas deficientes, falta de coordinación con los equipos médicos, prácticas de consentimiento cuestionables y clasificación errónea de las causas de muerte, especialmente en casos de sobredosis”, señalaron funcionarios del HHS.
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Entre los más vulnerables se encuentran los pacientes de hospitales más pequeños y rurales por deficiencias en la supervisión y la rendición de cuentas, ante esto, las organizaciones de obtención de órganos (OPO), ahora deben tomar medidas formales para para que cualquier miembro del personal pueda detener los procesos de donación si se generan inquietudes.
Asimismo, deberán desarrollar políticas claras para definir los criterios de elegibilidad de los donantes y realizar una evaluación exhaustiva de la de lo que está causando el incumplimiento de los protocolos existentes, entre ellos la obligación de los cirujanos de esperar cinco minutos luego del fallecimiento del paciente para detener la operación. Si se incumplen las medidas correctivas, la OPO será descalificada.
(I)
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