Un incidente, protagonizado por un vehículo de Tesla durante una prueba en Austin, Texas, expone las grietas en la estrategia de Elon Musk para competir en el campo de los robotaxis.

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En un video queda expuesto el momento cuando un supervisor de Tesla salta del asiento del copiloto, en pleno tráfico, para tomar el volante de un robotaxi que no podía girar a la izquierda, recoge el sitio web Electrek.

Esta falla podría ser un revés para los planes del magnate, sobre todo porque la compañía Waymo ya opera servicios autónomos en media docena de ciudades estadounidenses sin este tipo de problemas.

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Problemas con los robotaxis de Tesla

Tesla lanzó su servicio de robotaxis en Austin usando una versión actualizada de su tecnología FSD (Full Self-Driving supervisado), pero con una diferencia respecto a la versión para consumidores: movió al supervisor del asiento del conductor al del copiloto, donde solo tiene un botón de emergencia para detener el vehículo.

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Esta decisión parece puramente estética, diseñada para dar la impresión de mayor autonomía en los videos promocionales.

Sin embargo, reduce en gran medida la seguridad, ya que un conductor en el volante tendría más opciones para corregir errores que alguien con solo un interruptor de apagado.

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La presión por mostrar avances es comprensible. Musk prometió resolver la conducción autónoma no supervisada al final de cada año durante los últimos seis años, sin hasta ahora cumplir su promesa.

Mientras tanto, Waymo expande rápidamente su red sin necesidad de supervisores humanos visibles.

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En California, Tesla no puede usar este truco regulatorio, así que su “robotaxi” allí es literalmente un conductor de Tesla normal al volante.

El contraste revela que la compañía prioriza la percepción sobre la seguridad real, una estrategia que podría costarle credibilidad justo cuando más necesita demostrar que puede competir en el futuro de la movilidad autónoma.

(I)

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