En California, que abriga la Base de la Fuerza Aérea Edwards, recibieron el segundo avión B-21 Raider y el componente militar no puede menos que sentir orgullo y más compromiso.
“Con la llegada del segundo B-21 Raider, nuestra campaña de pruebas de vuelo gana un impulso sustancial”, informó el secretario de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Troy Meink.
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El B-21 Raider es un avión de sexta generación que viene a mejorar “significativamente la capacidad de la Fuerza Aérea para realizar pruebas integrales y entrenamiento de mantenimiento”.
Un segundo B-21 Raider se unió a las pruebas de vuelo en la Base Aérea Edwards, California, el pasado 11 de septiembre.
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El medio La Patilla publicó el 12 de este mes: El nuevo B-21 Raider despegó de las instalaciones de fabricación de Northrop Grumman en Palmdale, California, y llegó a la base Edwards, luego de completar un sólido vuelo de prueba.
Así es el avión B-21 Raider
La Fuerza Aérea estadounidense describe al B-21 Raider como “un bombardero estratégico furtivo”, diseñado para transportar cargas útiles convencionales y nucleares.
El avión fue desarrollado en colaboración con Northrop Grumman bajo la supervisión de la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea.
El programa continúa realizando pruebas de vuelo y en tierra, así como su producción inicial a pequeña escala.
Hace un año, la Fuerza Aérea estadounidense señaló que el B-21 “reemplazará gradualmente a los bombarderos B-1 Lancer y B-2 Spirit para convertirse en la columna vertebral de la capacidad de ataque global flexible de la Fuerza Aérea”.
La envergadura del B-21 es de 16,3 metros. Se espera que el B-21 entre en servicio en 2027.
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“Ahora podemos agilizar las evaluaciones críticas de los sistemas de misión y las capacidades de armas, apoyando directamente la disuasión estratégica y la efectividad en combate previstas para esta aeronave.
Dos B-21 Raider
La incorporación de la segunda aeronave “amplía las capacidades de prueba de la Fuerza Aérea más allá de las verificaciones iniciales de rendimiento de vuelo, lo que permite la progresión a sistemas de misión críticos y fases de prueba de integración de armas”.
Para la Fuerza Aérea marca un paso significativo hacia la preparación operativa del bombardero furtivo de sexta generación de la nación.
El jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general David Allvin, afirma que “la incorporación de un segundo B-21 al programa de pruebas de vuelo acelera el proceso de despliegue”.
Para Allvin, “el programa B-21 Raider representa una piedra angular de nuestra modernización nuclear estratégica”.
“Los esfuerzos simultáneos en pruebas, preparación para el mantenimiento e inversiones en infraestructura ilustran nuestro compromiso de proporcionar capacidades inigualables para disuadir y derrotar amenazas en el futuro”, sostiene.
Reafirma el jefe militar: “Al contar con más activos en el entorno de pruebas, ponemos esta capacidad a disposición de nuestros combatientes con mayor rapidez, lo que demuestra la urgencia con la que abordamos la modernización”.
La Base Aérea Ellsworth, en Dakota del Sur, será la primera base -de un total de 3- que recibirá los B-21 operativos. (I)