Los médicos de emergencias en hospitales de Nueva York están viendo algo que no esperaban. Y es que más personas llegan a sus salas con náuseas severas, vómitos que no pueden controlar y estados mentales alterados que duran días.

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Después de que se aprobara el uso de la marihuana en 2021, los médicos ahora enfrentan un nuevo panorama porque esta medida genera más reacciones de las esperadas.

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Brownies de cannabis en un mostrador, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Diego Azubel Foto: DIEGO AZUBEL

Consecuencia de la legalización de la marihuana en Nueva York

Los efectos adversos se deben al contenido de la marihuana. “Mucho de lo que está disponible en los dispensarios legales o incluso en la calle tiene un contenido de THC mucho más alto que antes, así que la gente está empezando a experimentar algunos efectos negativos”, explica el doctor Max Berube, médico de emergencias del Mohawk Valley Health System, reseñado por Spectrum News.

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Los casos van desde deshidratación severa que requiere suero intravenoso hasta alteraciones mentales que tardan uno o dos días en desaparecer, especialmente en jóvenes.

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El problema no está solo en el producto, sino en la falta de educación y regulación del sistema que lo rodea. La doctora June Chin, directora médica de la Oficina de Gestión de Cannabis del estado de Nueva York también consultada por el citado medio, insiste en que tanto médicos como consumidores necesitan mejor información.

El consumo de la planta genera efectos adversos. Foto: Freepik

Los dispensarios regulados intentan llenar ese vacío educativo con programas de consulta personal, sobre todo para usuarios que vienen del mercado ilegal.

Ryan Martin, propietario de un dispensario, cuenta que muchos clientes llegan pidiendo productos de 15 miligramos porque creen estar acostumbrados a esa potencia, cuando en realidad los productos ilegales que compraban antes tenían etiquetas falsas.

La solución parece estar en la combinación de educación médica, productos regulados y un enfoque de “empezar despacio”.

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En Nueva York, los dispensarios deben etiquetar sus productos correctamente y limitar la dosis máxima a 10 miligramos para cualquier producto ingerible.

Chin y su equipo desarrollaron una biblioteca de recursos online que apunta al mensaje de “empezar bajo e ir despacio”, usar solo cannabis regulado y leer siempre las etiquetas.

(I)

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