Los medicamentos como Ozempic se enfocan en algo que siempre estuvo ahí, como las hormonas del intestino que controlan el hambre. Ahora que se sabe cómo funcionan estas señales entre el intestino y el cerebro, varios equipos de investigación están buscando formas de activarlas sin necesidad de inyecciones.
La clave está en el GLP-1, una hormona de saciedad que el cuerpo produce de forma natural pero que se degrada rápido. Los fármacos la imitan con versiones sintéticas de larga duración, pero algunos alimentos y compuestos naturales podrían generar efectos parecidos si se consumen en el momento adecuado, recoge Science Alert.
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¿Cómo activar la hormona GLP-1 de forma natural?
Un equipo de la Universidad Heliopolis en El Cairo revisó la literatura científica y encontró varios candidatos con potencial como la canela, trigo, jengibre, té verde fermentado y berberina, un compuesto amargo presente en ciertas plantas.
También apareció evidencia sólida sobre la proteína de suero de leche. Un ensayo de septiembre de 2025 probó con 18 personas con obesidad (sin diabetes tipo 2) que beber suero 15 minutos antes del desayuno y el almuerzo durante cuatro días redujo los niveles de glucosa después de comer y suprimió un poco el apetito en la siguiente comida.
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Los autores creen que esto ocurre porque el suero estimula la liberación de GLP-1 en el tracto digestivo, lo que regula los procesos digestivos y las señales nerviosas hacia el cerebro.
La fibra dietética y los flavonoides también mostraron resultados prometedores en análisis recientes de 2025.
Los suplementos de fibra mejoraron el control de azúcar en sangre y la sensibilidad a la insulina en personas con sobrepeso, posiblemente porque aumentan la secreción de hormonas intestinales como el GLP-1.
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Aunque ningún compuesto natural replica todavía los efectos prolongados de las inyecciones, esta línea de investigación abre la puerta a alternativas más accesibles y baratas para poblaciones con recursos limitados.
El equipo de AL-Noshokaty revela que estos moduladores naturales podrían ser más fáciles de tolerar y mejorar la calidad de vida de los pacientes, sobre todo si se confirma que comer ciertos alimentos en horarios estratégicos puede proteger contra la diabetes tipo 2 y otros problemas metabólicos.
(I)
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