Dulces y golosinas de Halloween: cómo evitar que el consumo de azúcar se te salga de las manos

Halloween es el día más esperado por muchos, pero tiene un lado oscuro. Los niños pueden terminar con malestares estomacales después de una noche de excesos dulces , y los adultos no siempre saben cómo manejar la avalancha de caramelos que entra a casa cada octubre. Aunque el chocolate se promociona a veces como un alimento con beneficios para la salud —desde reducir el colesterol hasta mejorar la función cognitiva— la realidad es que la mayoría del chocolate que se consume viene cargado de azúcar, grasa y leche. Los estadounidenses comen alrededor de 10 libras de chocolate al año, casi todo en forma de barras de dulce procesadas. Si hay algún beneficio real, está en el chocolate oscuro de alta calidad y mínimamente procesado, que contiene flavonoides derivados del grano de cacao. Pero incluso ese tipo de chocolate debe considerarse un snack ocasional, no un alimento saludable, refiere Brown Health. Para quienes reparten dulces en Halloween, una opción más sensata es buscar barras pequeñas de chocolate oscuro o chocolates que cubran nueces o frutas, siempre etiquetados para personas con alergias. El truco no es prohibir, sino gestionar. Cuando los niños lleguen a casa con sus bolsas llenas, hay que ayudarlos a revisar todo y quedarse solo con sus favoritos y eliminar lo que realmente no les gusta. Lo que sobra puede ir a la basura o donarse a un banco de alimentos. Después de elegir un par de dulces para disfrutar la noche de Halloween, se puede guardar el resto en un lugar fuera de la vista, lo que permite dividir la montaña de caramelos y chocolates en pequeñas porciones diarias. Un vaso de agua y cepillarse bien los dientes antes de dormir también ayuda a contrarrestar el impacto del azúcar. Para los adultos que disfrutan el chocolate, el secretó está en comerlo con atención plena hay oler, sentir cómo se derrite y saborear cada bocado. Un trozo pequeño de chocolate oscuro, cuando se consume de forma intencional, puede ser satisfactorio. (I)

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