La estatua de 70 centímetros de una virgen que se encuentra en la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, ubicada en Rockingham, Perth, llamó la atención de miles de creyentes de todo el mundo, quienes no dudaron en viajar a Australia para presenciar un extraño fenómeno.
De acuerdo al portal Irish Star, esta imagen llegó al templo religioso australiano en 2003 y no tardó en atraer a los creyentes, quienes observaron que sus ojos derramaron lágrimas de aceite.
Publicidad
En la religión católica, la virgen María es símbolo de pureza, amor maternal, fe, esperanza y la salvación. El término tiene su origen en la frase italiana “ma donna”, que significa “mi señora”.
Qué pasa con la virgen que llora aceite
Toda esta situación hizo que el arzobispo Barry Hickey emprendiera una investigación que ayudara a disipar los mitos y las especulaciones sobre el presunto milagro presenciado por los fieles, que vieron a la virgen derramar lágrimas de aceite. Aunque aseguró en aquel entonces que creía en los milagros, también comentó que no se sabía si se trataba realmente de uno de ellos, informó The Age.
Publicidad
Antes de declarar cualquier cosa o evento como un milagro, la Iglesia Católica lo somete a una serie de requisitos oficiales que deben cumplirse. En este caso no habían reglas claras sobre el llanto de la estatua pero tampoco había otra explicación que la intervención divino.
The Mirror detalló que en el examen minucioso también se siguieron los patrones de llanto de la estatua, que empezó el 19 de marzo, durante la festividad de San José y se mantuvo durante los cuatro días de Pascua de ese año; asimismo, durante la festividad de la Asunción de Nuestra Señora del Cielo y lloró sin parar hasta mediados de enero.
Sin embargo, según el arzobispo, durante los cuatro días que duró la revisión de la estatua, esta no lloró. Tampoco lo hizo en el mes en el que solicitó que la estatua permaneciera aislada en la oficina del párroco de Rockingham.
Luego de los días en los que la estatua lloró y la investigación intensiva que generó hecho, la virgen fue devuelta a su legítima propietaria, la feligresa Patty Powell y nunca más volvió a mostrarse en la iglesia.
(I)