Hay un roedor que vive en los desiertos del suroeste de Estados Unidos y que hace algo que pocos animales se atreverían. Y es que caza escorpiones venenosos, les arranca la cola de un mordisco y se los come vivos.

Este popular snack tiene un ingrediente que los científicos usan para crear ratones con piel transparente

El ratón saltamontes sureño (Onychomys torridus) mide apenas 15 centímetros de la nariz a la punta de la cola, pero tiene una reputación que haría palidecer a depredadores mucho más grandes.

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Así es el ratón que come escorpiones

Su presa favorita es el escorpión de corteza de Arizona, cuyo veneno puede ser mortal para humanos, pero este diminuto cazador ha desarrollado un superpoder biológico que lo hace prácticamente inmune, reseña el portal Discover Wild Life.

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Su sistema nervioso simplemente cierra el canal químico que envía las señales de dolor al cerebro, dejándolo insensible a las picaduras.

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Los científicos todavía no entienden por completo por qué la toxina tampoco lo mata, pero el ratón no se hace preguntas: solo ataca, neutraliza el aguijón con una mordida estratégica y se da un festín.

Su agresividad no termina con los escorpiones. Cuando la comida escasea en el desierto, este roedor no tiene problema en volverse caníbal y atacar a sus propios compañeros.

En experimentos donde varios ratones fueron confinados juntos, algunos mataron y devoraron a los demás, lo que demuestra una brutalidad poco común entre los roedores. No hay remordimientos ni jerarquías complejas, simplemente supervivencia sin filtros.

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Para completar su imagen de terror en miniatura, el ratón saltamontes sureño tiene un ritual que parece sacado de una película. Se para sobre sus patas traseras, levanta el hocico hacia el cielo y suelta un aullido agudo dirigido a la luna.

Es su forma de advertir a rivales y depredadores que ese territorio está ocupado por alguien que no tiene miedo de nada. Un pequeño lobo del desierto con mandíbulas de acero y cero tolerancia a la competencia.

(I)

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