Con la llegada del otoño, millones de estadounidenses vuelven a escuchar ese zumbido ensordecedor de los sopladores de hojas de los árboles que puede alcanzar los 100 decibeles, equivalente al despegue de un Boeing 737.
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Un solo operario usando uno de estos dispositivos durante una hora genera la misma cantidad de contaminantes que un auto recorriendo más de mil millas.
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Con la llegada del otoño, millones de estadounidenses vuelven a escuchar ese zumbido ensordecedor de los sopladores de hojas de los árboles que puede alcanzar los 100 decibeles, equivalente al despegue de un Boeing 737.