La relación con un vecino puede ponerse tensa cuando se plantean los límites de la propiedad; por ejemplo, pintar una cerca puede generar incomodidad al no saber a quién pertenece y por tanto, quién debe pedir permiso a quién para hacer las restauraciones.

De acuerdo al portal Homes & Gardens, no todas las cercas del jardín de una persona pertenecen a su propiedad, y es que, la mayoría de los casos, una cerca pertenecerá al propietario y otra al vecino, por lo que el mantenimiento de la cerca es responsabilidad de cada propietario.

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Pese a que hacer una restructuración en el hogar puede ser tentador, antes se debe acordar quién es el verdadero propietario de la cerca y si tiene el derecho legal de pintarla, pues alterar una cerca compartida sin permiso puede causar disputas legales, sanciones de la asociación de propietarios (HOA, por sus siglas en inglés) y problemas con los vecinos.

Jeff Lichtenstein, quien es director ejecutivo y agente inmobiliario de Echo Fine Properties en Palm Beach Gardens, Florida, explicó a Better Homes & Gardens qué determinar quién es el propietario de una cerca que divide dos jardines no es algo sencillo, pues depende de las leyes de cada estado y condado, también de si pertenece a una asociación de propietarios. En cada caso, un agrimensor o un acuerdo legal pueden ayudar a resolver el asunto.

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Y es que hay que tener claro que no todas las cercas se ponen exactamente a lo largo de los límites de la propiedad, si esta se encuentra en el terreno de un solo propietario, este es el propietario.

Lo más conveniente es llegar a un acuerdo antes de arreglar la cerca | Foto: Pexels

¿Qué ocurre en caso de que a alguien no le guste cómo se ve la cerca desde su propiedad?

Lichtenstein explica: “El lateral de la casa es lo que usted ve, y el propietario no suele verlo. Aun así, no puede pintarla del color que desee”.

Entonces, lo correcto es acudir a un agrimensura de la propiedad, pues es la manera más fiable de determinar dónde termina el terreno de la persona y dónde comienza el del vecino.

En esos barrios donde no hay regulaciones de asociaciones de propietarios ni acuerdos claros, lo mejor es lograr un permiso explícito antes de llevar a cabo cualquier acción que pueda alterar una estructura que el vecino tiene legalmente.

En caso de querer cambiar el estado o el color de la cerca que da a la casa, lo más prudente es negociar con el vecino.

El presidente de Superior Fence & Rail, Zach Peyton, sostiene que una de las soluciones es asumir al 100% la responsabilidad de una reparación que beneficie a ambas partes, ya que esto puede eliminar la tensión, especialmente si al vecino no le preocupa la estética.

(I)

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