Un encuentro con un animal salvaje se convirtió en la anécdota que seguramente se compartirá por años. Y es que el momento se volvió viral por una razón inesperada: mientras un enorme oso pardo se acercaba corriendo hacia un grupo de pescadores en el río Brooks de Alaska, la mascota de los Seattle Kraken se negó a quitarse la cabeza del disfraz.