Melissa Noble se acerca a los 50 años y se ve en el espejo de su suegro, un ingeniero forestal que tomó la decisión de jubilarse a los 55 años. En su país, Australia, la edad de jubilación es a los 65.

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En un ensayo publicado en el sitio Buninnes Insider, Melissa se pasea por su vida tras interactuar durante más de 30 años con su suegro, quien optó por una jubilación anticipada.

La idea de prepararse para la jubilación con 50 años no entusiasma para nada a Melissa, quien es redactora y periodista independiente.

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Foto de Vlad Chețan en Pexels

Mi suegro, Frank Noble, de Porepunkah, Australia, se jubiló a los 55 años. Hoy, a los 87, afirma que volvería a tomar la misma decisión", relata Melissa en el artículo en el que se pasea por la decisión que todos, si pasamos de los 50 años, debemos comenzar a considerar.

Dice que desde que se jubiló, su suegro ahora cerca de los 90 años, ha podido disfrutar por más de 30 años de la jardinería, el golf y el gimnasio. Jubilarse a los 55 años no le generó conflictos y afirma que si pudiera retroceder el tiempo se volvería a jubilar joven.

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Mi suegro se jubiló joven, pero no quiero recorrer ese mismo camino

Pero la experiencia de su suegro ha enfrentado a Melissa a plantearse otro camino. “A medida que me acerco a los 50, jubilarme temprano no encaja con mis objetivos ni con mis pasiones”, asegura.

Melissa cuenta que su trabajo no le pesa.

“Mientras mi esposo, masajista terapéutico, bromea con mi entusiasmo por los lunes, yo disfruto plenamente mi labor como redactora y periodista independiente”, refiere.

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Su trabajo, no es físicamente exigente, y cuenta que las horas le pasan sin darse cuenta. “Cuando el trabajo es una pasión, jubilarse temprano pierde atractivo”, reflexiona.

Melissa encuentra en su empleo una sensación de logro y propósito, que teme no encontrar en los pasatiempos.

“Mi suegro, ingeniero forestal de profesión, volcó su amor por la naturaleza en la jardinería, cultivando frutas y verduras con dedicación diaria. Pero yo no creo poder transformar mi pasión por escribir en un simple pasatiempo. Incluso si escribiera solo por placer, inevitablemente querría publicar lo que hago… y eso ya es parte de mi trabajo", argumenta.

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Miedo de sentirse perdida al dejar de trabajar muy joven

Además, dice que le asusta la posibilidad de sentirse perdida al dejar de trabajar.

“Frank reconoció que durante su primer año de jubilación sufrió cierta depresión, al pasar de un ritmo laboral intenso a una vida mucho más tranquila. Yo comparto ese temor: mi rutina diaria me da estructura, propósito y satisfacción”, agrega.

Su suegro se retiró sin deudas ni hipoteca y con inversiones sólidas. Pero Melissa y su esposo, en cambio, aún pagan dos hipotecas y mantienen a tres hijos.

“Aunque ahorramos para el futuro, jubilarme anticipadamente no es ni realista ni deseable por ahora”, señala.

Melissa afirma que empatiza con las personas que sueñan con dejar el trabajo joven, pero en su caso descarta por completo esa opción.

“Seguir trabajando me hace feliz. Tal vez cambie de opinión con el tiempo, pero hoy, a mis 40 y tantos, jubilarme temprano no forma parte de mis planes". (I)