El poder aéreo moderno tiene su precio. Estados Unidos puede presumir de tener los aviones militares más caros del mundo, incluyendo el Northrop B-2 Spirit.
Este bombardero se ha convertido en “la columna vertebral de la tecnología furtiva para la Fuerza Aérea de los EE. UU.”, reseña Northrop Grumman, empresa que ha construido durante tres décadas esta aeronave. Considerada un verdadero “fantasma furtivo”, ha participado en combates en Kosovo, Afganistán, Irak, Libia, Siria y, más recientemente, Irán.
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¿Cómo es el bombardero furtivo B-2?
El B-2 es el principal bombardero de ataque de largo alcance de Estados Unidos y uno de los aviones con mayor capacidad de supervivencia del mundo. Está diseñado para eludir las defensas aéreas de la era soviética con armas nucleares o convencionales.
La descripción de Northrop Grumman indica que este bombardero mide 69 pies de largo, 17 pies de alto y tiene una envergadura de 172 pies; puede alcanzar una alta velocidad supersónica y una altitud de más de 50.000 pies. Transporta una carga útil de 20 toneladas al tiempo que puede recorrer 6.000 millas náuticas sin repostar y 10.000 millas náuticas con un solo repostaje.
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De acuerdo con datos que comparte Interesting Engineering, “el costo total del programa B-2 alcanzó los 44.750 millones de dólares en 1997 para 21 aviones”, lo que se traduce en un costo promedio de 2.000 millones de dólares por bombardero, aunque la Fuerza Aérea no ha publicado cifras oficiales.
Actualmente hay 19 de estas unidades en servicio asignados al Comando de Ataque Global de la Fuerza Aérea y se planea su retiro para el 2032 cuando entre en servicio el B-21 Raider.
(I)
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