Esta semana, los neoyorquinos más observadores han notado una curiosa anomalía urbana: teléfonos públicos recién instalados en rincones donde no se veían desde hace más de 30 años.
Publicidad


No se trata de unacampaña municipal de recuperación tecnológica, sino de una intervención artística y promocional.
Publicidad
Esta semana, los neoyorquinos más observadores han notado una curiosa anomalía urbana: teléfonos públicos recién instalados en rincones donde no se veían desde hace más de 30 años.