Los coleccionistas de juguetes virales enfrentan un nuevo peligro. Más de 11 mil muñecas Labubu falsas fueron decomisadas en Seattle la semana pasada. Un cargamento que habría valido medio millón de dólares si hubiera sido real, pero que escondía riesgos serios para quienes las compran.

Confiscan cientos de Labubus en medio de un creciente mercado de reventa

Las imitaciones, conocidas como “Lafufus”, pueden contener químicos dañinos y su construcción deficiente genera peligros de asfixia si se desprenden piezas.

Decomiso de Labubu falsas en Seattle

El envío llegó desde Corea del Sur etiquetado como “bombillas LED” para engañar a las autoridades. Los oficiales de Aduanas lo interceptaron el 26 de agosto porque violaba leyes sobre importaciones ilegales y uso indebido de propiedad intelectual, reseña NBC.

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Las muñecas serán destruidas, aunque no descartan arrestos. Este caso refleja algo más grande que un simple decomiso. Según la Biblioteca del Congreso, la falsificación mueve más dinero que el tráfico de drogas en Estados Unidos y representa la empresa criminal más grande del mundo.

Las Labubu originales nacieron en 2015 de la imaginación del artista hongkonés Kasing Lung como personajes de libros ilustrados inspirados en mitología nórdica.

Pop Mart las convirtió en fenómeno viral vendiéndolas en cajas sorpresa donde no se sabe qué versión obtienen hasta abrirla. Pero el furor también atrajo criminales. En California, ladrones robaron el inventario completo de una tienda, mientras los fanáticos especulan sobre una posible versión de oro de 24 quilates.

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(I)

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