El patrón climático conocido como La Niña ya está activo desde septiembre, según confirmó el Centro de Predicción Climática del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos el 9 de octubre.
Este fenómeno, impulsado por temperaturas oceánicas más frías de lo habitual en el Pacífico, tiene capacidad para alterar el clima en distintas regiones del mundo y se espera que permanezca hasta finales de año, posiblemente extendiéndose hasta febrero de 2026.
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Aunque los expertos anticipan que será débil, su presencia puede modificar tanto el invierno como la temporada de huracanes en el Atlántico, apunta el sitio web Fast Company.
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¿Qué cambios trae el fenómeno de La Niña?
El mecanismo es claro, las aguas frías empujan la corriente en chorro del Pacífico hacia el norte, generando un efecto dominó atmosférico que divide a Estados Unidos en dos zonas climáticas diferentes.
Los estados del sur experimentan condiciones más secas y cálidas de lo normal, mientras que el norte enfrenta temperaturas más bajas y mayor humedad, sobretodo en el noroeste del Pacífico.
Esta división se traduce en nevadas abundantes para regiones como los Grandes Lagos y Nueva Inglaterra, pero escasas precipitaciones en el sur. Además, La Niña tiende a intensificar la actividad de huracanes en noviembre, duplicando la cantidad habitual comparado con periodos neutrales o con presencia de El Niño, su contraparte cálida.
Aunque este episodio se proyecta débil, predecir con exactitud sus consecuencias es complicado.
El invierno de 2024 demostró que incluso una La Niña moderada puede generar patrones típicos del fenómeno, sur de Estados Unidos y norte de México registraron sequías récord, mientras Alaska y el noroeste del Pacífico tuvieron condiciones más húmedas.
Sin embargo, hubo sorpresas, como una franja de lluvia inesperada que atravesó Texas, Arkansas, Kentucky y el oeste de Virginia. Estos eventos pueden durar entre uno y tres años, el anterior se extendió de 2020 a 2023, antes de que el ciclo regrese a condiciones neutrales, algo que podría ocurrir la próxima primavera.
(I)