Beverly Brodsky tenía 20 años cuando un accidente de motocicleta, cerca de Sunset Boulevard en Los Ángeles, la dejó con el cráneo fracturado y el lado derecho de su cara destrozado.
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Los médicos del Hospital UCLA dijeron que ese tipo de lesiones solo las veían en campos de batalla. Durante dos semanas recibió cuidados intensivos mientras el personal médico aplicaba vendas empapadas en sal sobre sus heridas.
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Cuando la dieron de alta sin medicamentos para el dolor, se sintió tan desesperada que le habló a un Dios en el que llevaba 12 años sin creer, indica The Mirror.
Mujer cuenta su encuentro con Dios
En su agonía dijo: “Dios, si estás ahí, puedes llevarme ahora porque estoy acabada”. En ese instante todo el dolor desapareció y se vio flotando sobre su propio cuerpo.
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Cuenta que un ser radiante con un brillo interior la tomó de la mano y la guió a través de la ventana, volando sin alas hacia una luz brillante sobre el océano Pacífico.
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Después de caminar largo rato por un pasadizo oscuro, llegó ante lo que describe como “la presencia viva de la luz”, una inteligencia que no tenía forma ni sexo pero que contenía sabiduría, amor y verdad absolutos.
Fue ahí donde enfrentó directamente a Dios con todas las preguntas sobre las injusticias que había visto en el mundo físico.
Beverly había crecido en un hogar judío conservador en Filadelfia, pero a los ocho años, tras conocer los horrores del Holocausto, rechazó a Dios y se volvió atea en 1958.
Lo que experimentó en 1970 cambió todo eso. Asegura que Dios respondió cada una de sus preguntas de forma telepática y que su mente quedó desnuda ante esa inteligencia universal que se vestía con una luz tan gloriosa que ningún ojo podía absorber su esplendor.
Luego de ver lo que describe como un fuego glorioso en el centro de una estrella maravillosa, regresó a su cuerpo herido.
Ahora es miembro de una iglesia y ha dedicado años a compartir su experiencia cercana a la muerte en revistas como McCall’s, documentales de la BBC y hasta en la radio pública israelí.
El autor Kenneth Ring, quien recopiló su testimonio en el libro “Lessons From The Light”, la describió como posiblemente la experiencia más conmovedora de toda su colección.
(I)