Una de las ironías más crueles de la historia del rock ocurrió en enero de 1971, cuando el disco “Pearl” de la legendaria Janis Joplin alcanzó el primer lugar en las listas de popularidad. El álbum se mantuvo en la cima durante nueve semanas consecutivas y contenía “Me and Bobby McGee”, su primer sencillo número uno.
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Sin embargo, Joplin jamás pudo celebrar este triunfo. Había fallecido tres meses antes, el 4 de octubre de 1970, víctima de una sobredosis de heroína combinada con alcohol.
Janis Joplin dejó su álbum incompleto
La muerte de la cantante interrumpió abruptamente las sesiones de grabación de lo que sería su obra maestra, cuenta el sitio web Ultimate guitar.
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El último tema que logró completar fue “Mercedes-Benz”, registrado en una sola toma el 1 de octubre de 1970. Tres días después, acudió al estudio para escuchar una pista instrumental que su banda, Full Tilt Boogie Band, había terminado.
Planeaba agregar las voces al día siguiente para la canción “Buried Alive in the Blues”, pero nunca llegó a esa cita. Esa noche la encontraron muerta en el piso de su habitación de hotel, detalla el medio citado.
La industria musical quedó conmocionada por la pérdida de una de las voces más poderosas de su generación. Los productores consideraron la posibilidad de que otro artista completara las voces faltantes, pero decidieron que nadie podría llenar ese vacío.
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“Buried Alive in the Blues” se incluyó en el álbum como instrumental, un testimonio de lo que pudo haber sido. El disco, lanzado poco más de tres meses después de su muerte, se convirtió en un éxito masivo y posteriormente alcanzó el estatus de cuádruple platino.
“Pearl” representaba apenas el segundo álbum en solitario de Joplin, después de haber alcanzado el número uno en 1968 con Big Brother & The Holding Company.
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Rolling Stone incluyó el trabajo post mortem de Janis entre los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, un reconocimiento que llegó demasiado tarde para quien había ardido con una intensidad que quizás fue insostenible.
(I)