Gran malestar, que roza con la rabia, evidencia una ecuatoriana deportada de los Estados Unidos. “Viví 9 años en ese país y fui la mujer más feliz. Allá tuve para comer, aquí ni siquiera para comer tengo”.
Publicidad
Un joven deportado dijo al llegar a Guayaquil: “Nos esposaron pies, manos. (Teníamos) una cadena en la cintura".
Publicidad
Publicidad
Gran malestar, que roza con la rabia, evidencia una ecuatoriana deportada de los Estados Unidos. “Viví 9 años en ese país y fui la mujer más feliz. Allá tuve para comer, aquí ni siquiera para comer tengo”.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
El ministro de Producción y Comercio Exterior aseguró que también hubo conversaciones con Amazon.
Publicidad