Olga Lucía Vives tiene 27 años y está en un momento clave de su carrera. Tras haber sido parte del grupo Ventino, decidió arriesgarlo todo en solitario. Ese camino, que empezó con Veneno se ha ido afirmando canción tras canción hasta llegar a Amiga, su tercer sencillo como solista y, según ella, el más importante de esta etapa. La frase con la que suele resumirlo es clara: “A veces, no es el amor lo que más duele. Es la amistad rota”.

La inspiración de la canción nació de un episodio real que la persiguió durante meses, la traición de una amiga. Olga cuenta que esa situación la desbordó más que cualquier ruptura amorosa.

“Creo que ese sonido pop que se escucha en la canción me gusta mucho, pero además es una historia de la vida real. Me siento muy orgullosa de haber sido valiente de sacarla a la luz porque lo dudé mucho. Decía: ‘Ay, no, qué pena, qué va a decir la gente’. Hoy estoy orgullosa de haberme arriesgado”.

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Lo que convirtió en música fue, en realidad, un proceso de sanación. Durante medio año soñó repetidamente con esa persona hasta que se dio cuenta de que necesitaba poner fin a ese ciclo. “Soñaba con esa amiga todas las noches y estaba cansada. Una vez escribí la canción, dejé de soñar con ella y me sentí tranquila. La música me ayudó a soltar”.

Lo que representa el sencillo ‘Amiga’

El aprendizaje que le dejó la experiencia fue aceptar que las amistades no siempre duran toda la vida. “Pensaba que eran para siempre, pero me demostró que son cíclicas. Aprendí a reconocer quiénes son los amigos de toda la vida”. Esa conclusión no le genera desconfianza, más bien la ayudó a entender que hay vínculos temporales que cumplen un rol y que está bien que sea así.

Lo más difícil fue perder el miedo a contar algo tan íntimo frente a todos. “Aprendí a perderle la pena a la autenticidad y a ser honesta. Si le doy cringe a alguien, pues ese es un riesgo que estoy dispuesta a tomar. Soy artista”.

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El sencillo representa un giro también en lo creativo. Hasta ahora, Olga había escrito sobre amor y desamor, pero nunca sobre la ruptura de una amistad. Ese cambio la descolocó. “Me dolió mucho más una amistad que un amor. Nunca había escrito sobre algo distinto y me costó tanto que no quería usar la palabra ‘amiga’ ni ponerla como título. Pensaba que nadie iba a entender. Y no, hay un montón de mujeres a las que les ha pasado esto”. En esa confesión encontró un punto de conexión con su público: dar nombre a un duelo que pocas veces se menciona.

El videoclip musical

Fue grabado en Santa Marta, su ciudad natal, bajo la dirección de Kath Díaz, y como cierre de una trilogía que arrancó con Veneno y continuó con Si no te quise. Olga quiso que este ciclo estuviera marcado por el mar y la tranquilidad de su tierra. “Siempre estuve en Bogotá trabajando, pero quería que la gente me conociera desde ese lado mío”. En Santa Marta encontró el escenario perfecto para darle identidad a esta primera etapa de su carrera solista y para mostrarse más cercana a lo que realmente es fuera de los escenarios.

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Aún quedan proyectos por cerrar el año

Aunque la trilogía llega a su fin con Amiga, no significa un cierre definitivo. Antes de terminar el año tiene previsto estrenar dos canciones más y ya trabaja en su primer álbum, que planea con alrededor de doce temas.

Ese proyecto lo llama “su tesoro” porque será la carta de presentación más completa de su nueva identidad artística. Por ahora no prepara giras ni shows propios, se concentra en sus próximos lanzamientos.

En lo personal, se describe como alguien directa, que no sabe disfrazar lo que piensa. Asegura que el episodio que inspiró Amiga le dejó la capacidad de leer mejor a quienes la rodean. (E)

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