Fue hace más de 80 años, cuando, inspirado en un incidente de un partido de fútbol juvenil, el compositor ecuatoriano, José Rubira Infante, creó los primeros versos de una canción que pronto se convertiría en himno de la Perla del Pacífico: ‘Guayaquileño, madera de Guerrero’.

En un inicio muchos creían que este tema había sido compuesto para su gran amigo Rafael Guerrero Valenzuela, periodista fundador de radio CRE, quien posteriormente también fue alcalde y gobernador. Sin embargo, fue el propio Rubira Infante (1921-2018), quien se encargó de desmentir esta historia.

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Aunque en varias entrevistas con EL UNIVERSO, Rubira Infante disfrutaba de rememorar la anécdota, fue en un post de Facebook, publicado en el 2014, donde el autor dejó plasmada la historia detrás de su obra.

De un partido de fútbol entre Guayas y Pichincha nació el popular tema ‘Guayaquileño, madera de guerrero’, de Carlos Rubira Infante

“Había un partido de fútbol y un alumno mío me fue a decir: “a su tierra la están tratando mal, señor Rubira”, narra la publicación. En ese entonces, el cantautor era profesor de coro en Quito, y al escuchar lo que le contaba su alumno no pudo evitar intervenir. El encuentro era entre un equipo de Guayas y otro de Pichincha, cuyos hinchas de la capital estaban ‘hablando horrores’ del equipo costeño.

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Por desgracia, el equipo guayaquileño no resultó ganador por lo que los muchachos capitalinos intensificaron sus burlas, cantando peyorativamente ‘Guayaquil de mis amores’, otra famosa canción de la urbe. “Yo me acerqué y les dije que Guayaquil era la Perla del Pacífico, una gran ciudad que quiere a su capital, y les hice entender eso”, continúa narrando Rubira Infante.

La música de Carlos Rubira Infante se escuchó en Puerto Santa Ana, en homenaje a los 101 años del nacimiento del compositor guayaquileño

Fue así como recordando la tierra que lo vio crecer improvisó cantando los primeros versos de su éxito. “Guayaquileño, madera de guerrero/ bien franco, muy valiente, jamás siente temor”, dijo en ese entonces, según confesó al escritor Jorge Martillo en el 2007, durante una entrevista para este Diario.

Carlos Rubira Infante dejó plasmada la historia de 'Guayaquileño, madera de guerrero' en una publicación de Facebook en 2014. Foto: Captura de pantalla.

Aunque Rubira Infante estaba perdidamente enamorado de Guayaquil, dejó un legado de más de 400 canciones, algunas de ellas dedicada a muchos otros de los rincones del país.

Rubira compuso pasacalles, sanjuanitos, albazos, valses. Entre sus obras emblemáticas se encuentran EsposaEn las lejaníasChica lindaPlayita míay otras. (I)