“Un poco gordito y para nada atlético”. Esa fue la razón por la cual Harry Kane debió dejar, a sus 8 años, el Arsenal, club en el que figuraba entonces en las divisiones inferiores y al mismo que, el pasado sábado, ‘castigó’ con un testarazo para sentenciar el triunfo a favor del Tottenham, su equipo actual, en el derbi del norte de Londres.