Con una exhibición propia de un campeón del mundo, el belga Remco Evenepoel hizo valer su condición de favorito para proclamarse campeón olímpico de contrarreloj en una prueba de 32,4 kilómetros disputada en París, con salida en la Explanada de Los Inválidos y meta en el Puente de Alejandro III que estuvo marcada por una intensa lluvia.