Cuando la boxeadora colombiana Ingrit Valencia regresó al país luego de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se encontró con que tenía que desalojar, por decisión de un juez, la casa por la cual ya había pagado un adelanto de 150 millones de pesos (unos 40.000 dólares) en la ciudad de Ibagué (centro).