El francés Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step), campeón mundial en ruta, sacó a relucir el maillot arcoíris en un final espectacular para imponerse en la segunda etapa de la Tirreno Adriático, entre Camaiore y Chiusdino, con 202 kilómetros, en la que Wout van Aert (Jumbo-Visma) mantuvo el maillot azul de líder.
El portugués Joao Almeida, superviviente de la escapada que parecía definitiva junto al ruso Pavel Sivakov (Ineos Grenadiers) y Mikel Landa (Bahrain-Victorious), ya tenía el triunfo en la mano a 100 metros de la pancarta, pero apareció su compañero Alaphilippe para levantar los brazos como vencedor.
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El ciclista galo de 28 años, levantó los brazos con antelación, con el “síndrome Lieja”, y a punto estuvo de pasarle lo mismo, pero ganó con un tiempo de 5 horas 1 minuto 32 segundos, por delante de Mathieu Van der Poel (Alpecin-Fenix), van Aert y Tadej Pogacar (UAE Team Emirates).
Final agónico para Almeida, también para Landa, que estuvo a gran nivel hasta los últimos metros; feliz para Alaphilippe por su primer triunfo de la temporada y para Van Aert, que siguió de líder, con 4 segundos sobre el galo y 8 s respecto a Van der Poel.
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En la subida al Poggio Alla Croce atacó Egan Bernal (Ineos). El colombiano seleccionó un grupo, aún numeroso, que iba a luchar por la etapa en el permanente sube y baja hasta meta.
Ante el ataque del vencedor del Tour 2019 reaccionaron una docena de corredores, de donde saltaron para iniciar otra fuga Landa, Simon Yates, Sivakov y Joao Almeida.
A 13 km de meta la fuga contaba con 38 segundos de ventaja, pero por detrás el UAE de Pogacar echaba una mano en los relevos, lo que ponía en peligro las aspiraciones de un grupo de cabeza que se resistía a claudicar.
La presión hizo ceder primero a Yates, defensor del título, y al resto les entró la prisa para evitar lo inevitable. Atacó Sivakov, Almeida hizo lo propio dos veces, y a la segunda abrió hueco. Mikel Landa no pudo responder a la refriega y fue alcanzado junto al ruso.
A 1.000 metros de meta Almeida marchaba desbocado, convencido de la victoria, pero la recta de meta se le hizo eterna. Tenía el enemigo en casa, porque Alaphilippe no podía hacer otra cosa sino salir lanzado por su compañero a la victoria.
La tercera etapa se disputa este viernes entre Monticiano y Gualdo Tadino, con un recorrido de 189 kilómetros de perfil ondulado y final interesante en subida. (D)