Finalmente, en Universidad de Chile lo consiguieron y, antes de la derrota contra Cobresal, Sebastián Rodríguez fue presentado como nuevo fichaje. Era seguido desde hace tiempo, pero recién ahora aseguraron la llegada del uruguayo, quien ingresó en el segundo tiempo en la caída por 1-0. Gustavo Álvarez ya cuenta con el “organizador de juego” solicitado para el medio campo, aunque por el trámite del partido en el estadio Nacional habrá que esperar a que exhiba su repertorio.
El charrúa, de 32 años, es un volante mixto con amplia experiencia. Actuó por Nacional y Peñarol, los dos grandes del fútbol de Uruguay, y también registra una interesante trayectoria por Sudamérica. Fue buena figura en Emelec de Ecuador y también destacó durante su etapa en Alianza Lima de Perú. Entregará, además, experiencia al plantel.
Perfil de juego
Aunque Rodríguez ya venía siendo observado, no existían referencias amplias en torno a atributos futbolísticos del uruguayo. Algo mostró ante Colo Colo, en el Monumental, por la fase de grupos de la Copa Libertadores 2024, cuando actuó en Alianza Lima. Terminó el duelo como uno de los mejores de la cancha.
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Intentando aclarar las dudas, Rodríguez explicó en su llegada a la U: “Me presento como alguien muy profesional tanto dentro como fuera de la cancha (...) y que deja todo en el acierto y el error dentro de la cancha, pero que siempre deja todo por el equipo y los compañeros”.
En 2010, Rodríguez empezó su carrera en Danubio de Uruguay. Lo hizo de volante creativo y ofensivo con importantes cualidades técnicas e influencia en el funcionamiento de ataque. Sin embargo, más de una década después, el uruguayo derivó en un volante mixto con buena gestión de fútbol y aportes también en la recuperación del balón. Un 8 que puede actuar también como 6.
Fortalezas
La característica central del charrúa es su incidencia en la fase de construcción, cumpliendo así con los rasgos de “organizador de juego” exigidos por Álvarez. Interviene regularmente con el balón, realiza habilitaciones y genera asociaciones. El buen nivel técnico lo faculta para establecer conexiones a corta distancia y también con los apoyos lejanos. Ante las presiones rivales, resuelve por habilidad y garantiza la continuidad de las maniobras colectivas de construcción.
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El pasado como 10 lo impulsa a llegar siempre al área penal oponente. Rodríguez aparece en la segunda línea de ataque con opciones de finalización claras. Lo hace en la zona frontal del arco, a la altura del punto penal, y es una opción de apoyo importante para terminar la acción ofensiva, cuando la progresión se concretó por los espacios laterales o intermedios del ataque.
Otro rasgo sobresaliente de Rodríguez es la buena capacidad de tiro. Es un ejecutante preciso en las acciones de táctica fija, por lo que la U sumará un colaborador para Matías Tucu Sepúlveda en esta faceta. Sin embargo, el uruguayo posee mayor incidencia en las ejecuciones con el balón en movimiento: aparece regularmente por el semicírculo penal y remata con justeza, logrando convertir en ocasiones.
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Lo último tiene que ver con el rol de Rodríguez en la recuperación del balón. Los aportes del charrúa se vinculan principalmente al desempeño posicional y no tanto por las intervenciones defensivas directas. Se ubica correctamente por delante de la línea defensiva y así retarda y redirecciona los progresiones rivales. Esta es una labor disuasiva que, de todas maneras, tonifica la protección de la portería. (D)