Erling Braut Haaland volvió a ser protagonista dentro y fuera de la cancha en una jornada que Noruega recordará por mucho tiempo.

El delantero del Manchester City lideró la victoria 4-1 sobre Estonia con un doblete determinante que deja a su selección prácticamente instalada en la próxima Copa del Mundo, un logro histórico para un país que llevaba 28 años sin clasificar.

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Más allá de su contundencia en el área, Haaland también fue clave en el vestuario: su charla en el entretiempo, según sus propios compañeros, ayudó al equipo a destrabar un partido que había iniciado más complejo de lo previsto.

Sin embargo, el momento más comentado llegó después del pitazo final. Todavía con el uniforme de la selección, Haaland fue captado retirando un enorme pedido de entre 60 y 70 hamburguesas, una sorpresa que él mismo decidió llevar al vestuario para festejar con todo el plantel.

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Entre risas y videos que se volvieron virales, sus compañeros destacaron el gesto como una muestra del liderazgo natural que el delantero ejerce en este proceso, combinando competitividad con la camaradería que fortalece al grupo en plena recta final hacia el Mundial.

El técnico Ståle Solbakken también aplaudió la iniciativa, resaltando que estas celebraciones hablan del espíritu que se está construyendo alrededor de una selección que vive un presente ilusionante. (D)