El campeón de la Copa Libertadores contra el campeón de la Concachampions de 2022. Una suerte de Copa Interamericana a la vieja usanza. Monarcas de América reunidos.
El resultado fue un partido sin cuartel. Un desfogue de fútbol ofensivo que mereció más goles. El Botafogo salió victorioso, pero con el prestigio dañado.
Seattle Sounders, local en el Mundial, respondió con creces a la cita con su historia. La victoria parece pírrica para el Fogão, pero eso dependerá de sus próximos resultados. Si el camino no luce mejor para el Sounders, tampoco para el Glorioso brasileño: Atlético de Madrid y Paris Saint-Germain esperan.
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“No nos puede pasar esto con el PSG. Necesito que mi equipo defienda con la pelota. Tenemos que corregir esto. Es un equipo más grande. Un colectivo muy fuerte, una buena forma de jugar y atacar. Tenemos que estar a la altura física. Tenemos tiempo para corregir. Espero un adversario muy difícil”, espetó Renato Paiva, entrenador del Botafogo, en la sala de conferencias de prensa del Lumen Field, después de extirpar tres puntos al Sounders con las uñas. Hasta la última jugada, un milagroso rescate de Barboza sobre la línea y un tiro detenido por John, el técnico portugués no sintió alivio.
“Hubo dos partidos.El primer gol nos tranquilizó y en el segundo tiempo tuvimos más oportunidades, pero caímos en lo físico. No conseguimos lidiar con la intensidad del adversario. Las sustituciones no funcionaron. No quise perder contundencia al frente. En la segunda parte pagamos esa factura y nos crearon muchas oportunidades. La segunda parte defensivamente no fue fuerte. No conseguimos tener la pelota y Seattle empujó desde atrás”, analizó Paiva con autocrítica.
“Seattle montó grandes oportunidades de gol. No funcionamos del todo bien. Sentimos que estábamos atacando con muchos elementos y no estábamos defendiendo bien. Tenemos que entender de qué tratan estas competiciones y mantener un ritmo muy alto siempre”, añadió el exentrenador del Toluca y el León.
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Los cariocas volverán a la acción este jueves, 19 de junio, en el Rose Bowl de Pasadena, precisamente frente al campeón de Europa. Si esto fue una Interamericana de antaño, aquello será una Copa Intercontinental como las de antes. Duelo de monarcas de Europa y América. Imperdible. (D)