La selección mexicana lo volvió a hacer. En una final de alto voltaje disputada en el NRG Stadium de Houston, el “Tri” venció 2-1 a Estados Unidos y se coronó bicampeón de la Copa Oro, sumando así su décimo título en la historia del torneo más importante de la Concacaf.

Aunque el partido empezó cuesta arriba, con un gol tempranero de Chris Richards para el cuadro norteamericano apenas a los 3 minutos, México no se desesperó. Con paciencia, presión alta y movilidad, fue inclinando el partido a su favor. El empate llegó al minuto 27, cuando Raúl Jiménez, con su clase intacta, controló un pase de Marcel Ruiz y definió con potencia para poner el 1-1.

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Ya en la segunda mitad, el equipo dirigido por Javier Aguirre mostró personalidad, recuperó el dominio del balón y empezó a encerrar a Estados Unidos en su campo. El gol de la victoria no tardó en llegar: al minuto 77, Edson Álvarez apareció en el área para conectar de cabeza un centro desde la izquierda y desatar la locura tricolor en las gradas.

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Con este resultado, México logra su segunda Copa Oro consecutiva (tras la ganada en 2023) y ratifica su hegemonía en el torneo, siendo el máximo campeón con 10 trofeos.

“Este equipo demostró carácter. Supimos levantarnos tras el golpe inicial, competir con madurez y hacer historia”, dijo Javier Aguirre, director técnico de México.

La celebración fue total. Jugadores, cuerpo técnico e hinchas festejaron una conquista que vale más que un título: fue una revancha deportiva ante el rival más duro de la región y una confirmación de que el fútbol mexicano sigue teniendo peso en Concacaf.

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Con la mira puesta en el Mundial 2026, el bicampeonato llega como una inyección de confianza. México sonríe, y con razón: volvió a levantar la Copa Oro… y lo hizo con fútbol y coraje. (D)