En los últimos años, cada vez es más común ver a futbolistas españoles abandonar las principales ligas europeas para emprender nuevas aventuras en destinos exóticos. Arabia Saudí ha liderado este fenómeno con una inversión multimillonaria destinada a transformar su fútbol y posicionarlo al nivel de las grandes potencias mundiales.

Sin embargo, Qatar no se queda atrás y se consolida como otro destino atractivo para los jugadores españoles. Actualmente, hasta 14 futbolistas militan en la liga catarí, y diario Marca ha pasado un día con Jamal Hamed, delantero del Al Gharafa, para entender de cerca esta creciente tendencia.

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Hamed, nacido en el País Vasco y con nacionalidad palestina, nos recibió en su hogar en La Perla de Doha, una exclusiva isla artificial que alberga a numerosos futbolistas. “Aquí paso gran parte de mi día. Necesito un espacio que priorice el descanso y la disciplina diaria”, comenta mientras nos muestra su terraza, desde donde se contemplan vistas privilegiadas.

La Perla, describe Hamed, es una especie de burbuja dentro de Qatar: “He tenido de vecinos a jugadores como James Rodríguez, que estuvo en el Al Rayyan con mi hermano Yasser. Es una gran persona. Aquí todos nos apoyamos para mejorar”, añade.

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El ambiente en esta comunidad no solo reúne a estrellas de diversas nacionalidades, sino que también fomenta un espíritu de camaradería entre los jugadores.

Nombres como Javi Martínez, Rubén Semedo, Fabricio Díaz, Sergio Rico y Joselu forman parte de esta peculiar comunidad futbolística, que refleja el creciente atractivo de Qatar como epicentro de oportunidades para el fútbol internacional.

De Leioa a Qatar

El joven futbolista de 22 años completó su formación en las categorías inferiores del Leioa para terminar volando a Qatar en 2022 aprovechando que su hermano mayor Yaser jugaba allí. Se comprometió con el Muaither... hasta que este año dio el salto a la élite del fútbol qatarí coincidiendo con en verano con la llegada de Joselu al equipo.

Ahora, el trabajo extra que realiza cada día en la torre en la que vive, esta es una de las comodidades que ofrece su residencia, el delantero prepara su cuerpo para seguir creciendo: “En el gimnasio de la torre donde vivo paso mucho tiempo. Tengo todas las facilidades para poder entrenar al máximo. Llevo cerca de un año con un preparador personal español, de Granada, y me está ayudando mucho al estar en contacto también con el preparador físico del Al Gharafa”, explica mientras enseña su zona de entrenamientos y el seguimiento diario que tiene para completar el planning.

Así las cosas, la llegada de Joselu le ha ayudado a seguir creciendo futbolísticamente, aunque también le ha ‘quitado’ algo importante para él: “Llevo el 99 porque cuando llegó Joselu se quedó el 9″, bromea sobre su curioso dorsal. Del exmadridista se fija en cada remate en los entrenamientos, le pide consejos casi diarios y aprovecha la experiencia que tiene para seguir madurando dentro del mundo del fútbol. Joselu le ayuda y también le vacila: “Ves, tienes que jugar de 9 para marcar goles”, suelta en el Estadio Al Janoub tras el golazo de cabeza de Jamal en el amistoso frente al equipo de Nacho.

“Estoy muy agradecido por las experiencias que tengo con él en el campo. Me aconseja mucho, es muy cercano y eso me hace mejorar día a día. Además, es una gran persona. A veces comparto tiempo con él y es de mucha calidad. Me da muchos consejos y me sirven mucho porque gente con su experiencia te puede guiar hacia lo que quieres conseguir”, asegura.

Un ídolo... y el sueño cumplido

Y es que con Jamal habría que cambiar el viral ‘quédate con quien te mire como...’ por un acertado ‘quédate con quien te cuente algo con la ilusión que Jamal te cuenta su primera vez frente a Cristiano’. “Hace poco jugué con Cristiano en la Champions asiática y es algo que no se me va a olvidar en mi vida. Toda mi vida, para ser sincero, he intentado seguir los pasos de Cristiano dentro del campo, pero también fuera. Su disciplina, alimentación, descanso... Ser futbolista conlleva cuidarse las 24 horas. Ronaldo hace eso y por eso seguí sus pasos”, explica casi emocionado mientras nos lleva a ver la última isla que han construido en Doha. Sí, una isla, has leído bien. Como el que construye un casa para el perro.

“Desde que empecé a jugar Cristiano fue, es y será mi referente a seguir. He visto todos sus vídeos y tuve la oportunidad de poder jugar contra él en la AFC Champions de Asia”, arranca antes de contar una divertida anécdota de la vez que impidió que Cr7 anotase un gol de cabeza.

“Fue un momento para recordar porque era uno de mis grandes objetivos. No sabía cómo iba a ser ese momento porque me lo imaginé muchas veces. Cuando salí del vestuario veo que llega Cristiano. Le miré, me miré. Digo... ‘yo conozco todo de él. Es como mi mejor amigo. Pensaba que nos conocíamos de siempre. Pero está claro que él no me conocía. Ahora sí. Antes del calentamiento nos echamos una mirada y sonrió. Ahí me quedé en estado de shock. Era él. En el partido, tuvimos un forcejeo dentro del área. Me tocó defenderlo y chocamos en un centro. Salté también y cuando cayó pidió penalti. Pero no, no fue penalti. Luego le dije: ‘Cris, que no te he tocado’. Fue un tiempo que nunca lo voy a olvidar”, cuenta con una sonrisa que le invade el rostro. El sueño cumplido de un niño que ahora quiere fabricar su propio camino.

Una nueva isla

“Estamos en Gewan Island, un barrio de lujo que han construido hace un mes. Hacen las cosas como es el país. Es un país seguro, hay mucha comodidad y esa es una de las razones por las que los jugadores extranjeros vienen a Qatar. Desde ciudades deportivas hasta tener todo al alcance. Qatar es el progreso”, explica sobre uno de los motivos de que tantos futbolistas estén dando el salto al fútbol qatarí. “Hay jugadores que me preguntan por el fútbol en Qatar y cómo es jugar y vivir aquí. Siempre digo que es un gran fútbol de alto rendimiento y una vida muy buena. Los que vienen luego no quieren marcharse nunca”.

Y es que Jamal lo tiene claro sobre su futuro, cuyo primer y único gran objetivo en estos momentos es el de lograr un título con el Al Gharafa.

“Personalmente vivo el día a día, me guío por mis sensaciones diarias. A llegar bien para competir. Ahora estoy muy contento aquí y ojalá pueda seguir en Qatar muchos años más”, explica.

Porque lo bueno del fútbol qatarí es que no para de crecer: “Aquí hay una mezcla de todo. Hay buen futbol, se va aumentando el nivel y por eso todos los jugadores quieren venir aquí”. Una liga que paga muy bien, aunque a Jamal no le gusta ni hablar de dinero ni despilfarrarlo.

Cabeza asentada y sabiendo de donde viene y a donde quiere ir. Algo que sorprende por los 22 años que marca su carnet de identidad.

Un día en Valdebebas

Ya en la noche y después de presenciar el partido amistoso entre Joselu y Nacho, MARCA fue el único medio que tuvo acceso, acabamos tomando algo en uno de los restaurantes favoritos del futbolista... hasta que nos contó una curiosa anécdota de la vez que acudió a la Ciudad Real Madrid: “Hice una prueba con el Real Madrid en Valdebebas. Cuando tenía 14 o 15 años, fui a jugar un torneo a Madrid y había equipos como el Real Madrid, el Atlético, el Barça, el Milan... Jugamos un partido contra el Madrid en fase de grupos. Íbamos perdiendo 2-0, estaba el hijo de Zidane, de portero el hijo de Cañizares... Y en ese partido hice dos goles. Luego me dijeron que fui el único jugador que marqué dos goles al Madrid. Ahí jugaba en el Arenas de Getxo”, empieza contando uno de los días más especiales para un niño cuyo sueño siempre ha sido jugar en San Mamés.

“A raíz de ese partido, mi entrenador me dijo que se había interesado un poco el Real Madrid. El entrenador del Madrid me dio un pin de regalo y me comentó que había llegado un interés para poder hacer una prueba en Valdebebas. Fui allí tres días con tres de mis hermanos y mi madre. Entrené con ellos y fue una experiencia única... ponerte la camiseta del Madrid aunque no fuera partido oficial. Fue un momento para recordar. Cuando llegué a Valdebebas se notaba que era la Ciudad Real Madrid por las dimensiones”, narra sobre los tres días que portó la camiseta blanca. (D)