La carrera deportiva de James Rodríguez alcanzó su punto más alto en el Mundial de Brasil 2012, hace casi diez años. Dejó la imagen de un jugadorazo poseedor de un talento indiscutible. Pero desde entonces todo lo que ha hecho el volante ofensivo ha sido decepcionante. Fue el goleador de aquella Copa del Mundo (6 tantos) y ante Uruguay, en octavos de final, hizo un doblete en la victoria cafetera 2-0. La primera anotación fue formidable, una volea espectacular, luego de parar el balón con el pecho que estremeció al estadio Maracaná. Inolvidable. Sublime.