Al parecer la disparatada Conmebol no hizo bien los cálculos respecto a la Copa América 2024. Los dirigentes autosecuestraron, otra vez, la sede natural del torneo, que es Sudamérica, y la cedieron a Estados Unidos. Es lo mismo que hicieron cuando en el 2016 celebraron el centenario del certamen no en Argentina -donde se realizó por primera vez- o en Uruguay -la dirigencia de ese país fue clave en el nacimiento de la Conmebol y del campeonato-, sino en los estadios de una nación donde el fútbol no es el deporte más popular.