Hace poco más de dos meses, Boca parecía hundirse en sus propios problemas. La eliminación de la Copa Libertadores contra Corinthians pegó fuerte y dejó secuelas dentro y fuera de la cancha. Sin embargo, la acumulación de victorias en el torneo local calmó las aguas y sirvió para que todas las partes entiendan que para lograr cosas importantes hay que tener, como mínimo, unidad.