Aunque es un acto de contrición el de Ismael Rescalvo que –a modo de autocrítica, tan extraña en él y en la mayoría de técnicos– reconozca que su planteamiento frente a Independiente del Valle en el partido jugado en Chillo-Jijón, el domingo pasado, no resultó como lo habían pensado, me pregunto, sin antes no dejar de insistir en que es válido el mea culpa, ¿por qué el cuerpo técnico de Emelec no previno que esa táctica iba a dar licencia al módulo más activo del rival?