Entro en la biblioteca y toda la historia se despliega ante mí. Lo que he atesorado a través de mis investigaciones sobre la historia de Guayaquil y la de su deporte. Y empiezo a revisar capítulos muy emotivos, llenos de anécdotas, protagonizados por nuestros héroes deportivos a muchos de los cuales conocí e hice amistad, como en los casos de Enrique Maestro Raymondi y José Arosemena, artillero y arquero, en ese orden. A Raymondi, con más de 40 años, lo vi alinear por 9 de Octubre frente al Everest en 1957 y hacerle un gol de media vuelta al gran Hugo Mejía. Manuel Arenas es un nombre inevitable en la historia de los delanteros más temidos y eficaces.