Transcurría noviembre del 2004 cuando recibí la visita de Sixto Suárez Noboa, quien entonces fungía como presidente del Club Sport Patria. Él era uno de los pocos patricios que subsistían ligado sentimentalmente con el club de sus amores. Sixto Suárez fue arquero del decano del fútbol ecuatoriano entre 1957 y 1958. Enamorado de su equipo, cuando todos habían arrojado la toalla, él siguió buscando quienes lo acompañaran en su quijotesca labor de darle al cuadro plomo y blanco el nivel y categoría perdidos.