En un país donde el fútbol vivía más de la garra que del orden táctico, un nombre cambió la historia desde adentro; Dušan Drašković. Nacido el 20 de junio de 1939 en Banja Luka, en la antigua Yugoslavia, El montenegrino llegó a Ecuador en 1988 con una maleta llena de libros, conceptos nuevos y una obsesión: modernizar el fútbol ecuatoriano. Y lo logró.

Antes de arribar a Sudamérica, Drašković fue jugador profesional en clubes como Vojvodina y Radnički Niš, y luego técnico en ligas menores de Yugoslavia. Sin embargo, su verdadero impacto se dio lejos de casa. Cuando asumió la Selección de Ecuador en 1988, el país no había clasificado a ningún Mundial y apenas figuraba en la región.

‘Estábamos a días de no recibir un dólar’, dice dirigente de Cienciano sobre salida de Christian Cueva, y revela el monto para llegar a Emelec

Desde el primer día rompió esquemas, introdujo entrenamientos físicos con técnicas poco vistas, como el uso de cajas de madera para trabajo pliométrico, y dio prioridad a la inteligencia táctica del jugador.

Publicidad

Más que exigir esfuerzo, enseñaba a entender el juego. Muchos futbolistas de esa época, como Álex Aguinaga, José Francisco Cevallos o Eduardo Hurtado, reconocen que con él aprendieron a “ver el fútbol de otra manera”.

El legado desde los resultados

Bajo su mando, Ecuador tuvo una participación histórica en la Copa América 1993, jugada en suelo patrio. La selección alcanzó el cuarto lugar, venciendo a equipos como Uruguay y Paraguay. Pero más allá del resultado, Ecuador dejó una imagen de equipo sólido, ordenado y capaz de competir de tú a tú con potencias sudamericanas.

En eliminatorias, Drašković dirigió las campañas rumbo a los mundiales de Italia 1990 y Estados Unidos 1994, con una base de jugadores jóvenes que años más tarde formarían parte del grupo que clasificó a Corea-Japón 2002. Es decir, fue el sembrador del sueño mundialista.

Publicidad

Maestro dentro y fuera de la cancha

No se quedó solo en dirigir. Drašković lideró durante años procesos de formación de entrenadores en todo el país, ofreciendo cursos técnicos en provincias donde ni siquiera existían asociaciones profesionales.

En total, formó a más de 1.000 técnicos ecuatorianos. También publicó el libro “Fútbol: seleccionar, enseñar, perfeccionar, entrenar, competir”, que aún se estudia en escuelas de formación.

Publicidad

Dirigió también a clubes importantes del país como Barcelona SC, Emelec, Deportivo Quito y Macará, y pasó brevemente por selecciones o equipos de Sierra Leona, Bolivia, México y Guatemala, aunque su corazón siempre estuvo en Ecuador, país al que considera su segundo hogar.

Hoy, un maestro respetado

Recién cumplidos sus 86 años, Drašković sigue activo, aportando a la Universidad Católica de Guayaquil, y compartiendo su sabiduría con nuevas generaciones.

En mayo de 2025, el actual seleccionador nacional, Sebastián Beccacece, lo visitó personalmente como muestra de respeto a su trayectoria. No fue solo un gesto simbólico, sino el reconocimiento a quien sentó las bases del proceso que puso a Ecuador en el mapa del fútbol mundial. (D)

Sebastián Beccacece (i), actual director técnico de la selección ecuatoriana de fútbol, junto a Dusan Draskovic, histórico entrenador montenegrino. Foto: @FEFecuador