El estadio de Machala estaba repleto, tanto que los dirigentes tuvimos que ver el partido en el banquillo de suplentes. No había dónde más sentarse en los graderíos del estadio Nueve de Mayo. El gol de Ephanor fue espectacular, realmente. Una obra de arte que no se olvida y los ecuatorianos la tienen muy bien grabada en su memoria.