El pasado octubre, la Premier League se convirtió en el telón de fondo de un culebrón que ya al detonar copó los titulares de los medios a mansalva y que no ha dejado de escalar peligrosamente desde entonces. Las esposas de los futbolistas Wayne Rooney y Jamie Vardy se enzarzaron en las redes sociales después de que la primera, Coleen Rooney, acusara a la segunda, Rebekah Vardy, de filtrar contenidos privados suyos al tabloide británico The Sun.

Esta señalización pública cuajó en seguida un considerable escándalo y estuvo seguida de un encarnizado cruce de negaciones y de fuertes declaraciones e insultos que acabaron por poner bajo el foco al ariete del Derby County y al delantero del Leicester City. Por si fuera poco, a mediados de mayo, meses después de la sonada trifulca, se pudo saber que la mujer de Rooney, lejos de querer enterrar el hacha de guerra, había decidido llevar a los tribunales el asunto, publica diario AS de España.

Y aunque lo cierto es que los dos futbolistas trataron desde el principio de quedarse al margen de la batalla de sus esposas, al final resultó inevitable que terminaran pronunciándose. Fue Vardy el primero en llevar a cabo un gesto muy significativo: dejar de seguir en redes a su compañero de profesión. Este le ‘devolvió’ el detalle más adelante, aunque ahora, sorprendentemente, se ha producido un movimiento pendular al respecto.

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Y es que Rooney, en un amago por la conciliación, ha decidido estos días volver a darle a 'follow' en Instagram al jugador de 'Los Zorros'. Su invitación a la calma, sin embargo, no ha sido correspondida por parte de Vardy, que de momento no ha seguido de vuelta a la exestrella del Manchester United. Según una fuente interna a la que cita The Sun, “Jamie ha dado un paso al frente por su mujer y no está dispuesto a aceptar la ‘rama de olivo’” (símbolo de la paz) brindada por Wayne.

“Dice mucho que los maridos no se hayan involucrado en este asunto tan problemático”, refirió la mencionada fuente, “y Wayne llegó incluso a pensar que ambos podrían estar por encima del conflicto por el bien del fútbol”. Algo, sin embargo, que cada vez parece más difícil y que probablemente se convierta en imposible cuando la batalla legal en los juzgados llegue a su punto álgido. (D)