La FIFA sigue dándole vueltas a la medición de los fueras de juego, algo que ha mejorado mucho gracias al videoarbitraje pero no deja de ser imperfecto al estar en manos de un humano (el asistente técnico del árbitro de VAR). El máximo organismo cree que puede afinar mucho más y desde hace tiempo estudia un plan para revolucionar las mediciones.