El protagonista de Conversación en La Catedral, novela de Mario Vargas Llosa, se preguntaba: “¿En qué momento se había jodido el Perú?”. Esa interrogante, con los cambios de rigor aplicados a la realidad futbolera nacional, hoy se puede reformular así: ¿En qué momento se desgració Barcelona Sporting Club? Una respuesta muy cercana a la correcta es en los últimos 20 años. Desde ese tiempo llegaron algunos de los peores dirigentes en la historia de la entidad.

“Heredé una institución con 20 juicios en contra. Ganamos cinco y ahora debe encarar los quince restantes”, le dijo Galo Roggiero a Eduardo Maruri en noviembre del 2007, cuando este asumió como presidente.

En el aspecto que citó Roggiero los números se incrementaron, como confirma la auditoría de PKF. “El club mantiene un total de sesenta y tres (63) demandas de causas activas en la justicia ordinaria por el periodo comprendido entre el año 2002 y el 30 de septiembre de 2019, que suman una cuantía total de $3 908 175”.

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Ese detalle aparece en el informe en la Sección XV. Síndicos y asesores legales externos de la institución.

“Adicionalmente, el club mantiene un total de trece (13) expedientes en la Cámara de Resolución y Disputas y uno (1) en el Tribunal Arbitral Especial de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, por el periodo comprendido entre el año 2018 y el 30 de septiembre de 2019 (en la presidencia de José Francisco Cevallos), que suman una cuantía total de $1 525 271”.

Los auditores recalcan que el “24 de abril de 2019, el club recibió un informe de procesos, emitido por asesores legales independientes”. El análisis, explican, proporcionó este resultado: “Procesos en estado de abandono, 18; en estado de archivo, 16; en estado de acumulado, 3; en estado de suspendido, 1; activos, 15”. Y agárrese: por “información presentada por estos asesores legales, estos procesos suman una cuantía de $3 599 404”.

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Y como las anormalidades administrativas en Barcelona son comunes, comprobable en la auditoría, la Sección XV remata así: “Se verificó que el reporte mantenido en el club sobre el número de procesos activos y cuantía total presenta diferencias en relación al informe de asesores legales externos. A la fecha el club no ha conciliado esta información”.

Entonces, ¿cuándo empezó el desplome? Tal vez al ser presidido el club trece meses (2005 y 2006) a ‘larga distancia’, desde España, por Isidro Romero, quien también, desde lejos, renunció. Entre su ‘legado’ está el fichaje del argentino Christian Bardaro con una rodilla destruida y de otro que, prácticamente sin jugar, demandó: Ezequiel Amaya.

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La debacle empezó a tomar forma con Maruri, que prometió “renovarlo (a Barcelona) para que los próximos años sean de gloria”. Lo que sucedió fue un desastre que puso a los canarios al borde de la serie B. Además, comparte con Antonio Noboa –su entonces titular de la Comisión de Fútbol– la culpa de hacer la más terrible contratación en la historia del club: Rolando Zárate, inhabilitado físicamente por graves lesiones. Entre la compra del pase y una demanda perdida se le dijo adiós a $2,5 millones.

Luego, la demagogia. El 11 de junio del 2011 Noboa juró, al imponerse en las elecciones presidenciales, hacer “todo lo posible para volver a hacer grande” al club y "defender la camiseta con la ayuda de Dios". Y el 1 de octubre del 2015 Cevallos, al vencer en los comicios, dijo: “Desde el primer día trabajaremos para que Barcelona vuelva a ser el coloso de América”. Desmesura verbal. Cada uno dejó de herencia una severa crisis económica. (D)