Michael Arroyo llegó en el 2014 a las Águilas del América por el destacado nivel que mostró en el San Luis y Atlante, ambos clubes de México. El diario azteca Milenio resaltó en una publicación el impasse que tuvo el extremo zurdo tricolor a la salida del complejo de entrenamiento de las águilas con una aficionada, quien trató de ofenderlo por su color de piel.

En el torneo Clausura 2017, el rendimiento del América no era el mejor y varios jugadores no se detenían a dar autógrafos en la puerta principal de Coapa, sector en la capital de México donde está el complejo.

Milenio, en su versión digital, detalla que el trato de Arroyo con la prensa y el entorno era como el de muchos otros jugadores, es decir, dependía del estado de humor que tuviera en el momento para saber si daría declaraciones, aunque solía justificarse con el hecho de que era tímido. Y en el trato con la gente era igual, un día podía atender a los aficionados y al otro no, humor puro.

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Así se lo pasó por tres años, el tiempo que duró su estadía en el conjunto azulcrema. Y dentro del vestidor era visto como un tipo de buen humor, que bromeaba mucho y aguantaba también cuando le tocaba recibir las bromas de sus compañeros.

“Un día, Michael salió con prisa, no se detuvo, delante de él había otro auto, tocó el claxon y aceleró, fue cuando se escuchó un grito: “¡Uy, no atiendes; tenías que ser negro…!”. El grito lo había hecho una señora de edad, unos 60 años, lo que no imaginó la mujer fue la reacción del futbolista”, comenta Milenio, en su versión digital.

“Arroyo detuvo su auto y echó de reversa y le dijo: “¡Sí, estoy orgulloso de ser negro, pero no se vale que me grite así!”. La mujer se quedó sorprendida y solo respondió: “¡Es que debería detenerse con la gente!”. Y Michael siguió: “¡Yo siempre me detengo, pero hoy tengo prisa, señora, no soy una mala persona y usted no me puede decir negro, porque lo hace como insulto; ¡Sí soy negro y me gusta serlo y estoy orgulloso de mi color de piel!”.

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La señora ya no supo qué decir. No sabía dónde meterse, pero eso sí, le pidió a Michael que le firmara su playera; el ecuatoriano lo hizo “con afecto”. (D)