Un cuarto de siglo después aún Segundo Mercado Mina cree que hubo cosas sospechosas en su primera pelea por el título mundial que perdió con el estadounidense Bernard Hopkins. El combate por la corona del peso mediano de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) convocó en Quito al legendario Muhammad Ali y Michael Spinks como invitados, y al ostentoso promotor Don King, quien a criterio de la Avispa Mercado influyó para que los jueces vieran, el 17 de diciembre de 1994, empate en el coliseo General Rumiñahui. El expúgil cuenta que subió al ring con el corazón destrozado por el suicidio de su hermana y con la nariz severamente lastimada por un cabezazo recibido en un entrenamiento. El esmeraldeño de 52 años revela que le diagnosticaron mal de Parkinson en el 2000, enfermedad que lo ha hecho cambiar su estilo de vida, pero que no lo ha doblegado. Sí lamenta lo que llama “olvido” del Gobierno y no pierde el sueño de ser campeón del mundo, pero como entrenador.

¿Qué hace después de más 15 años de su retiro?

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Doy clases privadas de boxeo a personas de la alta sociedad, o a los que tengan dinero para pagar mis honorarios ($ 50 la hora; o mensualmente $ 350, por alumno). También me llaman abogados para que sea su guardaespaldas en audiencias conflictivas.

Usted dice estar olvidado por los gobiernos de turno.

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Yo fui un buen patriota, pero nunca el Ecuador ha hecho algo por mí. Lo más grande que me dieron es un Cóndor de Oro. No me dieron casa, ni carro, tengo la pensión vitalicia, pero esos $ 300 se van en el alquiler de la casa, en la Covien. Además la pensión se demoran en pagarla. El Gobierno se olvidó totalmente de mí.

¿Tendría casa hoy si ganaba oro en los JJ.OO. Seúl 1988?

Fui un deportista con buena suerte y mala suerte. En Seúl 1988 avancé hasta el tercer combate (octavos de final), contra un sueco. Le gané los tres round, pero como en esos grandes torneos a Ecuador no lo conocen le dieron la victoria a él. He sido salado.

¿Qué pelea lo agotó más?

No porque fue una pelea sino la muerte de mi hermana. Nunca me sentí cansado al subir a un ring. Iba con euforia de ganar, de noquear rápido. Cuando gané el título latinoamericano a Wayne Harris, se me quebró un hueso de la mano derecha (1993), pero nunca me sentí agotado, porque las ganas de ser campeón seguían.

¿Sigue con ganas de ser campeón mundial?

Sí... pero como entrenador. Tenemos a Ítalo Perea (ganó oro panamericano hace ocho años), si él se dedicara de lleno, hace rato sería campeón mundial; todavía puede. Lo dirigí una pelea y lo hizo muy bien. Para la segunda ya no me llamaron.

¿Con la mano un poco más ‘pesada’ habría noqueado a Hopkins en Quito?

Con la mano más pesada, no, con mi corazón. Lo derribé dos veces. Yo era esgrimista. Peleé con el corazón, con el alma y la vida, pero por Raúl Gamboa (entonces presidente de la Federación Ecuatoriana de Boxeo) no fui campeón.

¿El empate con Hopkins, en Quito, sorprendió?

Todos me vieron ganador.

Hay quienes aseguran que no había garantías, que los jueces no eran confiables.

Hopkins tenía todo para ganar. Once días antes de la pelea mi hermana se suicidó, pero seguí entrenando. El colombiano Brinatty Maquilón, mi último sparring, me dio un cabezazo y me dañó la nariz. Tuvieron que operarme porque no podía respirar y, además, tenía una gripe muy fuerte. La gente no sabe que yo subí al ring, con mi corazón destrozado por la muerte de mi hermana, subí operado, por eso cuando Hopkins me mete el primer golpe a la cara (a la nariz), lo recibo y me baña en sangre. Y a pesar de eso yo seguí peleando y no sé cómo no me noqueó.

¿Se habrá enterado su rival de la operación y por eso salió a golpear de primera?

No, para nada. Él primero peleó con mi hermano Jauri, en Las Vegas, en 1990. Jauri me dijo: “Ese hijo de p... pega duro, me noqueó”.

¿Notó algo raro en Quito?

En el segundo asalto le dije a mi hermano: “Creo que lo están dopando a este tipo (a Hopkins). Mi hermano me dijo que pelee nomás, pero yo me estaba sintiendo cansado; en cambio Hopkins ya debía estar muerto por la altura de Quito. Mi hermano fue hacia la esquina de Hopkins y asegura que le estaban dando amoniaco. Le dije que alertara a Gamboa para que detenga la pelea, pero Gamboa dijo: “Pero está Don King”. “Usted es el presidente de la Federación, pare la pelea”, le fustigué. Yo habría sido el primer campeón mundial del Ecuador.

¿Hopkins hizo trampa?

El amoniaco es una sustancia que puedes oler. Eso te abre los pulmones, te da mayor oxígeno. Si ves en el video el entrenador le hacía oler y él respiraba. Gamboa le tuvo miedo a Don King y no se hizo respetar. Los jueces y las artimañas de King no me dejaron ser campeón.

¿Y la prueba antidopaje?

Aunque se la hubieran hecho no iba dar (positivo) porque es algo que se huele, no se toma.

¿Cuál era su estrategia para vencer al estadounidense?

Decía: “Si no lo noqueo en los cuatro primeros asaltos, del octavo en adelante ese tipo se acabará, no tendrá oxígeno”. Fui con todo. En el penúltimo asalto me parte la ceja de un cabezazo y el árbitro (San Williams) no lo amonestó. No sé cómo no me noqueó en el último asalto si yo estaba cansado, debo reconocerlo, perdí ampliamente.

Pero antes usted provocó que Hopkins cayera dos veces.

En el quinto round lo tiro a la lona, le meto un uppercut y lo coge en la mandíbula. De nalgas cayó. En el séptimo lo tiré otra vez y casi sale por entre las cuerdas, le pegué en el mentón. Todos me decían: “Ya somos campeones, aguanta la pelea”. Pero no me hacían caso cuando les pedí a los reporteros que sacaran sus cámaras de la lona. Piso una cámara y Hopkins me mete un derechazo que no me noqueó no sé cómo.

¿Fue una motivación extra tener de espectador a Alí, quiso lucirse ante él?

Por supuesto, pero no quise lucirme. Tuve el honor de invitarlo y él aceptó. Yo estaba emocionado. Alí me dijo “You are a champion”, con su voz lenta, más que la mía, que ahora es así también por el mal de Parkinson.

¿Cuándo lo diagnosticaron?

En el 2000. Ahí decidí retirarme del boxeo, me regresé de EE.UU., tuve problemas conyugales, me divorcié. Después conocí a una linda mujer (Mercedes Caicedo), me casé y ya tenemos 7 años juntos. El Parkinson solo ha afectado mi forma de hablar.

¿Lo arengó a usted Mike Tyson en la revancha contra Hopkins, en EE.UU.?

Hopkins me ganó (KO técnico), yo no estaba bien preparado. Él me agarra cuando le meto un uppercut que lo sintió. El árbitro para la pelea y yo tenía los brazos alzados y él me tenía cogido. Tyson reclama a mi favor y grita: “Es Hopkins quien lo ha agarrado, ¿por qué le paran la pelea a Mercado?”. Tyson no jaló para su país. Yo estaba perdiendo, pero venía de menos a más. (D)

 

* A pesar de que esta entrevista fue grabada, Segundo Mercado llamó a EL UNIVERSO este sábado por la tarde para aclarar que la pensión vitalicia que recibe del Gobierno no es de 300 dólares mensuales, sino 760 dólares.