Marlene Ayala, entrenadora de balompié con 20 años en la profesión, es modesta y no quiere atribuirse la etiqueta de ‘madre del fútbol femenino’ en Guayaquil. Pero asegura que ella ha aportado “un granito de arena” en la formación de muchas seleccionadas de Ecuador y Guayas, y jugadoras de la Superliga. ‘Miss Marlene’, como le dicen las chicas, relata que en 1999 se graduó en el primer curso de entrenadoras que se realizó en el país, organizado por Denis Dau (director del Interbarrial).

¿Desde cuándo está vinculada al fútbol?

Desde siempre. Comencé a jugar a los 10 años, cuando estaba en cuarto grado de mi escuela en Pasaje (El Oro). Luego continué jugando, me convertí en madre y seguí jugando (amateur). Después migré a Guayaquil.

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¿En qué año fue eso?

En 1987 llegué a Guayaquil, me casé e hice mi hogar aquí; y un día en las noticias vi el anuncio: ‘Se iniciará el curso para entrenadoras’. Yo me dije: ‘En ese curso tengo que estar’, a pesar de que mi esposo era celoso, pero dije: ‘¡Ese curso lo hago!’. Entonces me acerqué al profesor Dennis Dau para inscribirme... Me costaba, porque era un curso particular, el primero en Sudamérica; en ese año, 1999, las mujeres vinculadas al fútbol comenzábamos a surgir no solo como jugadoras, sino como entrenadoras.

¿Era solo para mujeres?

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Solo para mujeres. Me inscribí y me enteré de que se habían registrado más de 100 mujeres y el cupo era para 60. Por eso, el profesor dijo que debíamos rendir una prueba de dominio de balón, algo del aspecto físico y de conocimiento teórico; para mí no fue difícil porque siempre me mantuve activa; y a los cinco días salió la nómina de seleccionadas y allí estaba mi nombre.

¿Qué instructores tuvo?

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Personas muy reconocidas. Tuvimos a Duffer Alman, el mejor preparador físico a nivel regional; recuerdo también a Aquiles y a su hijo José Mendiburo (+), en arbitraje; el mismo Denis, en liderazgo; al profesor Javier Varela, en la parte técnico-táctica; a la profesora Fátima Navarro, muy reconocida en atletismo; excelentes maestros. Fue una camaradería inmensa. Y no olvido que el profe Dau contó que esto nació de un café con unos amigos.

¿El curso estuvo avalado?

Sí, por la Ecuafútbol y por la Conmebol. Las clases eran de lunes a sábado, por más de seis meses. Para mí fue muy importante porque conocí a muchas amistades en el fútbol. Conocí a la ingeniera Marlene Arreaga, quien nos llevó al Liceo Cristiano, un colegio que ya impulsaba el fútbol femenino y en el que se podía poner en práctica lo que habíamos aprendido.

¿En qué año ocurrió eso?

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En 1999. Llegamos al Liceo y todas las chicas querían jugar fútbol. Allí trabajamos por cerca de 11 años. Ganamos muchos torneos, porque este colegio permitía llevar a talentos con beca.

¿Qué torneos disputaban?

El Interbarrial, que comenzó a abrir las puertas para que las chicas jueguen. Antes jugaban dos o tres chicas en equipos de varones y en las ligas barriales se hacía indor o fútbol seis. En el Interbarrial era fútbol 11 y eso abrió las puertas a los colegios, escuelas de fútbol y otras instituciones.

¿Qué talentos para el fútbol surgieron de esa época?

Del Liceo Cristiano surgieron muchos talentos, como Madelin Riera, que es la actual goleadora de la Superliga local. Ella creció conmigo, llegó de 12 años, me convertí en su apoyo y amiga, ella me dice: ‘eres mi madre’. También salió Ámbar Torres, mundialista con Ecuador, que llegó de 4 años.

¿Qué entrenadoras quedan de esa primera promoción?

No muchas. Estaba Jenny Maruri, con quien trabajé en el Liceo. La ingeniera Arreaga era empresaria y se dedicó a sus empresas. También está la licenciada Cecilia Tobar, que ya hacía docencia. Para mí, esta fue una dedicación total, era mi hogar y mi trabajo.

¿Se convirtió en una profesión para usted?

Exactamente. Con esto salí adelante y me di a conocer. Mi preparación y formación continuó con cursos en la FEF y en el Comité Olímpico. Y me llegó una invitación para realizar un curso FIFA en México y la federación y el COE me delegaron a mí, fui la primera mujer en el país en hacer ese curso; y al regresar de México me convertí en la primera mujer en integrar un cuerpo técnico de la Selección en el 2009, cuando fui llamada por el DT Julio César Rosero. Fuimos a un Sudamericano en Sao Paulo, no nos fue bien y allí me di cuenta de una serie de deficiencias del balompié femenino en Ecuador.

¿Qué hizo entonces?

Tocar más las puertas de la Ecuafútbo, para conseguir que en el 2013 se haga el primer torneo nacional femenino y en los siguientes años se hizo la serie A y B. Yo estuve entre las personas que propusimos esto y eso nos lleva a lo que ahora tenemos: la Superliga. En 2014, con la llegada de Vanessa Aráuz, se clasifica al primer Mundial y ese fue el arranque que necesitábamos para tener más apoyo, desde los padres.

¿Cuál es su actualidad?

Trabajé ocho años en la Fedeguayas; y del 2015 al 2018 dirigí al club Pereira de Daule en la serie B femenina. De allí pasé a Barcelona y puedo decir que es un sueño hecho realidad, siempre he tenido el corazón amarillo. El profesor Orly Salas me llamó para que me convierta en su apoyo (en las categorías formativas) en Barcelona, porque me reconocen como formadora y captadora de talentos.

¿A qué jugadoras de selecciones ha formado?

En las selecciones de los últimos años, el 70% u 80% ha sido de Guayas; no han sido 100% formadas por mí, pero en cada una de ellas hay un granito de arena de mis enseñanzas. Puedo mencionar a Nicole Charcopa, Andrea Morán, Tamara Angulo, María José Coronel, Alison Ochoa, la misma Madelin Riera, pero si me pongo a nombrar a todas las niñas que en algún momento recibieron algo de mis enseñanzas, la lista se vuelve inmensa. (D)

 

Antes yo iba a los sectores populares a buscar talentos, pero ahora tengo que sacar a un poco de niñas, porque tengo de más (sonríe)..."

Marlene Ayala, entrenadora de Barcelona