Trabajadora, sencilla, con los pies en la tierra... y en la hierba. Simona Halep mostró una increíble determinación para vencer a la legendaria Serena Williams en la final de Wimbledon, sumando su segundo título de Grand Slam, e infligiendo a la campeona una derrota que le costará olvidar.

Rápida, agresiva, precisa, implacable con el saque y eficaz con el resto, la rumana de 27 años fue una verdadera bomba atómica sobre la pista central del All England Club londinense contra la que Williams no pudo hacer nada.

“Creo, no lo sé, que ha sido el mejor partido de mi vida, y además aquí sobre hierba”, dijo la tenista, quien reconoció que Roger Federer siempre ha sido su modelo, su ídolo. Y la víspera el suizo le había dado un consejo: “Tienes que tener la mentalidad de la ganadora” y no decir “estoy feliz de estar en la final, es Serena, no tengo ninguna posibilidad”.

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“Así que lo hice”, afirmó, seduciendo a todos con una sencillez que no ha perdido pese a haber ganado ya más de 30 millones de dólares en premios.

Y, sin embargo, hasta hace poco el pasto no era su superficie y nunca antes había llegado a una final de Wimbledon. “Ni siquiera tenemos una pista, una pista de hierba, en Rumania”, aseguró.

Pero recordó que cuando era una niña su madre le había dicho que si quería ser tenista tenía que jugar una final en Wimbledon. Por eso se lo propuso, la jugó y la ganó.

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Halep, nombrada número uno del mundo en agosto de 2017, ya había mostrado una inmensa determinación el año pasado cuando ganó el Grand Slam sobre tierra de Roland Garros después de haber perdido sus tres anteriores finales en los grandes torneos.

Aquello representó para ella mucha presión, pero a partir de entonces decidió tomarse la vida con más tranquilidad.

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Halep es una gran estrella en su país, donde tiene un restaurante llamado SH en su ciudad natal de Constanta, a orillas del mar Negro. Además trabaja con una fundación para mejorar la educación de los pequeños rumanos y espera que sus victorias “sirvan de inspiración” y haga pensar a los niños que todo es posible: “incluso si vienes de un país pequeño, es posible si trabajas”. (D)